martes, 22 de mayo de 2018

ARTÍCULO

Lucha femenina…
de las mujeres
Apolinar Castrejón Marino
Hay mucha gente que está inconforme con  las encuestas, porque solo son “…una fotografía del momento”. Mucha otra gente no entiende la información que contienen los censos. Con los porcentajes, deciles, centiles y variables.
 Y aún hay otras gentes que no están de acuerdo con los informes del gobierno, porque según “oficialmente”, han creado muchos trabajos, o han conseguido que mucha gente salga de la pobreza. Y en la vida real, es muy difícil encontrar empleo, y cada vez hay más gentes pobres en nuestro país.
Pero lo realmente inaudito, es que hay muchas gentes inconformes con su perfil personal, específicamente con su sexo (¿?). Aunque usted no lo crea, hay organizaciones y “colectivos” que están planteando seriamente, eliminar la pregunta básica que siempre ha figurado en los censos: el sexo.
Se trata de que los transexuales y no-binarios se sienten “discriminad@s”, cuando tienen que elegir “hombre y mujer”, en el momento de estar respondie
ndo los formularios ¿Con que derecho, las dependencias se atreven a ponerl@s en la disyuntiva de elegir entre un sexo biológico en vez del género?
Su reclamo es que hacer una simple elección entre hombre y mujer debe ser irrelevante, inaceptable, e invasivo. Y no les importa que los censos de población recojan datos, con el único fin de que las políticas públicas puedan estar mejor orientadas.
Los últimos años, hemos visto que todas las políticas del estado, del sistema educativo, y del ámbito laboral, sufrieron una transformación para salvaguardar una “perspectiva de género” ¿Y ahora nos dicen que es irrelevante?
Cuando ya habíamos aceptado que manejarnos con un número absoluto, y unas reglas generales, contribuían a omitir las necesidades específicas del género femenino, a perpetuar la desigualdad, y a permitir la opresión, de repente, nos dicen que ya no importa ni saber cuántas mujeres hay.
Esta tendencia a desdeñar la importancia del sexo se originó después de que en el terreno legal, las mujeres habían conquistado todo lo que necesitaban: leyes protectivas, protocolos de seguridad, y programas de apoyos económicos, casas de asistencia, etc. todo lo que les pueden ofrecer los gobiernos para parecer modernos.
Y ahora, del seno mismo del feminismo, surge la tendencia hacia el “gender neutral”, que consiste en que el sexo de cada persona dependa de su “auto identificación”.
Son las mismas feministas, quienes ahora protestan porque tienen que compartir espacios que eran exclusivamente femeninos, como baños, vestidores, y transporte público, y ahora aprovechan homosexuales, transexuales y bi-géneros (¿?). El reclamo principal es que las mujeres transexuales no son “verdaderas mujeres”.
Y quizá tengan razón, porque en Inglaterra, el cambio de sexo requiere un informe psiquiátrico de que uno lleva viviendo dos años en el género con el que quiere identificarse.
Parece extraordinario que una feminista clásica y aguerrida como Germaine Greer haya declarado a la agencia del Times, que las mujeres “…salieron perdiendo, porque resulta que ni tan siquiera ganaron el derecho a existir”. Si el cambio prospera, en el censo del 2021 ya no se podría saber cuántos hombres y cuántas mujeres componen la población total.
En Europa, los padres incluso los más “inclusivos”, se sientan inquietos ante los riesgos que pueden correr sus hijas. Como escribió con ironía Libby Purves en el Daily Mail, “…cuando envían a sus hijas a un camping, los padres desconfían que esté dirigido por una musculosa figura llamada Maureen, que se afeita, y que solo saben que está ahí por una “auto identificación”.
El 1 de febrero de 2017, en México el gobierno publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia con el objeto de “…establecer la coordinación entre la Federación, las entidades federativas y los municipios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y modalidades para garantizar su acceso a una vida libre de violencia, que favorezca su desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y de no discriminación, así como para garantizar la democracia, el desarrollo integral y sustentable...”
Pero los resultados han sido contraproducentes. Más asesinatos de mujeres, asesinadas con más saña, re victimización, etc. algo se hizo mal. Pero el gobierno y las mismas mujeres nunca van a reconocer sus acciones fallidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.