lunes, 10 de septiembre de 2018

ARTÍCULO

Los Anales
Efraín Flores Maldonado*
“No tiene solidez moral, ningún modelo de gobierno político basado en las decisiones de un solo hombre, por su natural tendencia a obrar con arbitrariedad”. Tácito.
Cornelio Tácito es conocido universalmente, por su condición y calidad como historiador. Sus “Anales…y las historias…” son sus obras más conocidas. Sin embargo, Tácito fue también un destacado político. Nació en la antigua Roma aproximadamente en el año 55 de la era cristiana y falleció, también aproximadamente en el año 120; Fue Senador, Cónsul y Gobernador de la provincia de Asia. En el año 78, se casó con la hija de Julio Agrícola, gobernador de Britania. Fue au
tor, además de los “Anales… y las Historias” de “Diálogos sobre los oradores… Vida de Julio Agrícola (su suegro) … Origen y territorio de los Germanos… Método y filosofía de la historia…”. En sus obras destaca de manera increíble, la aguda inteligencia del autor; su conocimiento profundo de la historia del pasado y del poder político de su tiempo. Como investigador, comparaba biografías, geografías… e ideologías. Sorprendentemente usaba ya, la metodología que en la modernidad es de uso obligado en la ciencia política. En ocasiones, sobre todo en sus “Historias”, nos obsequia sesudos estudios propios de la etnografía. En sus “Anales”, penetra en las causas y los efectos de los acontecimientos que estudia y la retroalimentación entre tales hechos y los rasgos, pensamientos y pasiones de sus protagonistas. 16 tomos constituyen los “Anales”, llamados así porque en los mismos, los tiempos analizados se realizan por años. En ellos, hay una tendencia de Tácito a establecer una crítica permanente a los emperadores romanos, destacando sus arbitrariedades, defectos y sobresalientes injusticias. En los “Anales”, se cuenta el famoso incendio de Roma, realizado del 18 al 19 de julio del año 64, a manos de Galos, insinuando Tácito que fue con la complacencia de Nerón, mismo que, dice el autor, fue para tener la gloria de construir una nueva ciudad. Destaca que, en dicha tragedia, llamó la atención el hecho de que Nerón “burlándose de las ruinas de su patria, se fabricó una casa en la que puso incrustaciones de piedras preciosas… y oro”. Otro pasaje de los “Anales” es el referido al juicio y pena de muerte decretada por Nerón en contra del filósofo estoico Lucio Anneo Seneca, a quien relacionó con un grupo de conspiradores que planearon asesinar al loco emperador. Tácito destaca que tal condena fue impopular y reprobada por la ciudadanía “porque a todos era notoria la crueldad de Nerón a quien no quedaba ya otra maldad que hacer, después de haber asesinado a su madre y hermano, sino quitar la vida a su ayo y maestro”. Seneca fue obligado a tomar la Cicuta y ante su ineficacia, el filósofo pidió que le cortaran las venas de las manos y de las piernas, mientras dictaba a uno de sus alumnos sus últimos pensamientos sobre “la brevedad de la vida”. La vida para Seneca no era larga ni corta, sino simplemente “útil o inútil”. Esto y más dice Tácito en su maravillosa obra “los Anales”, de la cual hoy destaco solo algunos de sus datos fundamentales.  *Doctor en Ciencia Política.

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