miércoles, 12 de diciembre de 2018

COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
Periodistas y defensores de derechos humanos sin abrigarse en el decreto que busca protegerlos (en solidaridad del compañero Ezequiel Flores Contreras).
En el mes de junio del año 2012, durante la administración sexenal del panista Felipe Calderón, se estableció una medida jurídica, legal que tiene la intención de brindar garantías de protección, asesoramiento y demás a periodistas y personas defensoras de derechos humanos. La ley, ya por decreto a partir de ese momento en que se integra en el Diario Oficial de la Federación alcanza rango constitucional. Las primeras líneas de ese decreto, insisto, rubricado por el ex jefe del Estado mexicano, Felipe Calderón, es ya una herramienta a la que deberíamos apegarnos el periodi
sta, hombre o mujer, que considere que en la búsqueda de la información o de alguna cobertura noticiosa se ha sentido “oprimido”, acosado u hostigado por algunas de esas fuerzas oscuras que buscan acallar a quienes deseamos trabajar para seguir dando a conocer la situación de cosas que ocurren en todo el territorio de nuestro país. Y porque el periodista también investiga y se fundamenta, es que paso a continuación esas líneas del mencionado: DECRETO por el que se expide la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República. FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes sabed: Que el Honorable Congreso de la Unión, se ha servido dirigirme el siguiente. DECRETO. “EL CONGRESO GENERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, DECRETA: SE EXPIDE LA LEY PARA LA PROTECCIÓN DE PERSONAS DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS Y PERIODISTAS. Artículo Único.- Se expide la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. LEY PARA LA PROTECCIÓN DE PERSONAS DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS Y PERIODISTAS. A partir de esa definición, se extienden artículos y conceptos alusivos a la salvaguarda del periodista así como de personas defensoras de derechos humanos. Y es bien curiosa esta asociación, porque la verdad, parecieran dos carriles similares, aunque en la práctica ambos terrenos se separan quizá porque las defensorías no cumplen con el debido acercamiento hacia las y los periodistas, y en contraparte muchos colegas se manejan en ocasiones con interés tan personales que no siempre dan cuenta de sus actividades, pese a que se presuma que se anda en las coberturas noticiosas. Este mismo columnista suele trabajar en solitario, porque ya dejó de estar reporteando todos los días. Es por la edad o quizá debido a que ya están otras y otros compañeros en esta cobertura cotidiana que aprovechan precisamente su rendimiento físico, pues como todo, la juventud es para aprovecharse, sacarle jugo, que sea potencialice toda la energía que se tiene en ese etapa, pues para eso las empresas mismas saben que tienen en este semillero la fuerza de sus colaboradores o trabajadores para sacarles todo el juego. Es de esta manera que al tanto de estar cubriendo los sucesos de todos los días, o cuando se hacen trabajos de investigación, e incluso todavía se busca la “exclusiva” es que integrantes de nuestro han afectado intereses tanto de particulares como de servidores públicos que tienen la piel demasiado sensible ante lo que consideran intromisiones. Asimismo, algunas de estas investigaciones han puesto en el escrutinio público a personajes que han realizado maniobras viles con tal de continuar perpetuándose en el poder, y el caso de los políticos o de empresarios “prestanombres” son los que más “ordinariamente” se conocen, precisamente porque a fuerza de investigarlos mediante el periodismo de esa especialización, se develan estas acciones. También la misma denuncia pública, o con la premisa del anonimato porque se teme por la integridad del denunciante, es que el periodista sigue cumpliendo su labor, pese a que se le intente acallar o inhibir mediante el acoso u otras medidas coercitivas, o de presión. Cualesquiera que fuera esa medida inhibitoria, esto no debe ocurrir en un Estado de derecho, además de que existe la presunción de que en varios decretos como el antes mencionado, todo queda en letra muerta, pues existe la considerable desconfianza, por situaciones que sabemos quienes formamos parte del gremio periodístico que el Estado es el primero en no cumplir estos lineamientos ya constitucionales y federales.

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