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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Nuestra privativa existencia, que ha de ser un mรญstico poema, se ha convertido en un hospital donde cada mortal, agobiado por un bravo oleaje de penas, estรก poseรญdo por el deseo de cambio. Hoy mรกs que nunca, es preciso el sosiego de unos moradores enfermizos, que tienen que reencontrarse en su mar de rutas, tanto para trabajar unidos, como para tomar conciencia de que hay que hacer inmensidad poรฉtica y no romper su mรฉtrica vinculante. Utilizar la sinergia del corazรณn es el mejor brebaje para volvernos poesรญa y revolvernos como poetas en guardia. Lo mundano requiere de una acciรณn vivificante, que no es otra, que el cultivo de amar a nuestro prรณjimo, hasta tornarlo prรณximo a nosotros, a escala global, sin confinar las diferencias, sino mรกs bien abrazando la diversidad de pulsos.
En esta inconfundible vida humana, nos acompaรฑan una marea de sensaciones diversas que hemos de afrontarlas en comuniรณn y en comunidad, en familia y haciendo hogar; o sea, laborando la realidad del amor. Ciertamente, aunque este mundo enfermizo nos traslada su abecedario de malestares y padecimientos, no debemos perder la confianza en la humanidad. No importa navegar a golpes por el piรฉlago viviente, todo tiene remedio, es cuestiรณn de enmendarse y de tomar la vรญa del propรณsito autรฉntico, limpiando los fluidos indecentes que nos ahogan. Por ello, cualquier ocรฉano por el que transitemos, aparte de ser una fuente de empleo y alimento para millones de gentes, es tambiรฉn una morada para innumerables especies marinas y un regulador de la templanza del planeta.
Respetรฉmonos, pues, entre sรญ. En este caminar por aquรญ abajo, todo tiene su misiรณn curativa, comenzando por las masas de agua, que mitigan los impactos del cambio climรกtico; y, finalizando por nuestro especial latir de servicio al bien comรบn. Unos y otros, hemos de trabajar en alianza, codo con codo para brindar alivio y esperanza a los mรกs necesitados. En consecuencia, extendamos el charco de la verdad, con el espรญritu de la bondad, por todos los rincones del orbe, al que se accede a travรฉs del piadoso sentimiento de cariรฑo. Sin embargo, cada dรญa estamos mรกs atrapados por la mentira y hemos olvidado querernos. Por desgracia, nuestras tรญpicas deficiencias de descuido e idiotez es un sufrimiento contagioso, que no sรณlo lo soporta el propio interesado, sino igualmente los demรกs.
La regeneraciรณn comienza por respetarse uno asรญ mismo, por quererse, admirando todo lo que nos rodea, que hemos de custodiarlo con generosidad. No podemos dejar de lado lo dรฉbil que somos y, aรบn menos, el cometido encomendado, que ha de brotar en uniรณn y en unidad, con la libertad necesaria, pero con la compasiรณn debida. Si asรญ actuamos, demos tiempo al tiempo, que no hay poder que no venga de las alturas, pero es menester adentrarse mar adentro, que es donde habita el verso que soy. Quรฉdate, si acaso, con la receta de San Agustรญn: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarรกs con amor; si gritas, gritarรกs con amor; si corriges, corregirรกs con amor; si perdonas, perdonarรกs con amor”. Bajo este procedimiento anรญmico, el restablecimiento estรก asegurado, lo recomiendo.
En efecto, que corra la voz por la autopista del deseo y pueda hacerse realidad el fruto de la concordia, que es el que nos armoniza existencialmente, con el vigor y la fuerza necesaria de la recuperaciรณn. Cumplamos con las responsabilidades congรฉnitas, con el compromiso de regresar a la poesรญa y no al poder, que todo lo tritura con maldades. Elevรฉmonos a la inspiraciรณn lรญrica y reconstruyamos espacios nรญveos, ya que donde no hay espรญritu cooperante, tampoco puede haber justicia. La ociosidad terrรญcola es la gran dominadora, hace falta salir de este vacรญo que desprenden los vicios, para dejar de estar contaminado de peligros. Estos abundan tanto en el mar, como en la tierra, tambiรฉn en el aire y, ademรกs, en los falsos hermanos. No sigamos, por tanto, ahogรกndonos en el error.
corcoba@telefonica.net
21 de septiembre de 2025
#๐๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด๐๐ข๐ญ๐บ๐๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด๐๐ช๐ณ๐๐ฆ๐ฐ๐ณ.
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