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Memorandum

ZEFERINO; OBSTÁCULO EN EL PRD.

Por los nombres que se manejan en el PRD, como aspirantes a la candidatura para Gobernador, es evidente que la caballada de ese partido político está demasiado flaca y anémica. Y lo peor del asunto, para su causa, es que se presagia una posible ruptura.

De entrada, habría que decir, que por sí solos, cualquiera de los tres nombres que se manejan, los senadores, Lázaro Mazón Alonso y David Jiménez Rumbo, o el diputado federal, Armando Ríos Píter, no tienen posibilidades reales de ganar. En las encuestas, todos están por debajo de los aspirantes priístas. Demasiado lejos.

No podemos olvidar que los senadores perredistas se encumbraron gracias al efecto López Obrador, logrando un triunfo sorpresivo en el año 2006. Mientras que Ríos Píter se ungió mediante una campaña, que para muchos, fue demasiado cara.

Es cierto, el diputado federal fue el único «perredista», entre comillas, que ganó en Guerrero, y en virtud de ello, se adjudicó los derechos para buscar la candidatura por la gubernatura.

Al margen de la escasa aceptación que tienen en la entidad, es palpable la conformación de dos bloques. Uno de ellos, en donde convergen las corrientes perredistas que respaldan a los senadores. Y la otra, la respaldada por el gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, a quien no desagrada la idea de que Armando Ríos Píter sea el candidato.

No hay coincidencia entre ambos grupos. Unos cuestionan al gobierno zeferinista y se oponen al continuismo que representa Ríos Píter. Mientras que en el otro grupo es palpable el respaldo al gobernador del estado, quien prácticamente se ha hecho el ciego ante la campaña anticipada de su «gatito», quien literalmente lo fue, porque si se recuerda bien, era su empleado en la Secretaría de Desarrollo Rural.

El asunto está claro en el PRD. Quienes apoyan a los senadores no ven bien a Ríos Piter. Mientras que en el otro bando, el Gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo se ha caracterizado por menospreciar a los perredistas, por lo que difícilmente aceptará la designación de los senadores y mucho menos los habría de apoyar.

Desde esa perspectiva, no sería sorpresivo que si es ungido el candidato del gobernador, o sea el gatito, desde el PRD no solamente haya protestas, sino hasta contra campaña y voto de castigo. Eso se podría ver venir. Y por mucho que maúlle y maúlle el gatito, las posibilidades se reducirían aún más. Con todo y que Carlos Zeferino Torreblanca le pidiera ayuda a su amigo Felipe Calderón, o le inyectara algunos millones de pesos a la campaña. Ese proyecto iría al fracaso.

En el caso de los senadores, el asunto se les complicaría más sin el apoyo del grupo del gobernador. Quien si bien es el obstáculo más grande que tiene el PRD, no se puede menospreciar su capital político. Ir a una campaña con un partido fracturado es como jugar futbol con un pie enyesado.

La posibilidad de la ruptura ahí está latente. Lo mejor para el PRD sería que encontraran los puntos de coincidencia. Pero en éstos momentos se antoja difícil y complicado, porque existe una roca que podría impedir la unidad, y ese obstáculo, sin lugar a dudas, es el gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo. Esa es la cuestión.

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