miércoles, 30 de junio de 2010

Primera plana

En festejo de La Crónica
gozaron de música viva

Tino Gatica.PETAQUILLAS, GRO.--Una fiesta que empieza y termina entre melodías. En los reiterados festejos de este vespertino, ese día 19 de junio, la música no pudo faltar, así es que ahí se prendió el ambiente desde mucho antes de que se instalara la mesa de honor.
Cuando ya se tenía instalada la mesa de honor, con los invitados y una sola invitada es decir la licenciada en enfermería Anselma González Solano, la música viva amenizó el ambiente.
¿Y cómo no podría ser? si a esa convocatoria acudió un conjunto musical que la desmemoriada memoria nunca guardó ese dato. Pero sí pudo acordarse de Isaías Alanís, no solamente llegó a la fiesta con su guitarra, sino también compuso e interpretó el «Son de Veredad» dedicado a los quince años de La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, en el que se narra parte de lo que ha tenido que pasar nuestro vespertino y por supuesto sus colaboradores. Bien por el trovador.
También hicieron su presentación los charritos tixtlecos cantores los hermanos Carlos Daniel y Jesús Aroón Salmerón Rabandán; de la guapa Mariola Basurto proveniente de Tlapa de Comonfort; el conjunto musical de cuerdas de Tierra Caliente, comandado por el cantante José Luis Mariano Esquivel y Los Regionales; sin faltar, naturalmente el ex polifácetico Ernesto Tiburcio, que es conocido por muchos éxitos como «Cuatro Lágrimas», quien por cierto el 16 de septiembre dará la sorpresa en la plaza «Primer Congreso de Anáhuac» al parecer presentará su nuevo conjunto musical. No faltó que otros expertos de la guitarra hicieran uso de la voz, garganta y manos para apoyar esos festejos.
Sin un orden tan cronológico, pues cuando andas de aquí para allá todo se complica, las presentaciones, las asistencias, el ir y venir te enerva.
Mientras doña Margarita Moyao Abarca preparaba el delicioso mixiote de res, acompañado de su espagueti, y sus frijoles charros con su sazón especial, unos chavos entusiastas, la mayoría habitantes de la colonia Lombardo Toledano, de la ciudad capital, habilitados como meseros Jesús, Alan, Cano, Javier, Noel y Jorge hacían malabares para la distribución adecuada tanto en la mesa de honor, como en los más de doscientos cincuenta asistentes.
Aunque la comida empezó a servirse después de las tres, todos alcanzaron y hubo personas que repitieron ese platillo. Otros que llegaron después de la hora de convocatoria (chin, sonó a rima), no quisieron comer, simplemente llegaron a solidarizarse y brindar en repetidas ocasiones con las bebidas que llegaron de diversas manos.
En este ínter, se reitera que tanto los anfitriones así como los amigos y amigas de la familia de los Francisco Reyes, agradecen la ayuda proporcionada de personas que desinteresadamente ayudaron, aunque no pudieron asistir. Es la consigna de la respuesta y que se tienen ganada cualquier atención que deseen, especialmente por uno de los convocantes que a la letra escribe.
Por parte de los artistas, todos ellos y ellas bien diestros con sus aportaciones musicales no solamente deleitaron a la concurrencia, sino que ahora forman parte de ese festejo. Las sensaciones que transmitieron a las y los asistentes, es un algo que no se puede definir.
Cada una de las actuaciones, fue aplaudida a rabiar y no sería justo decir quién cosechó más aplausos. Lo cierto es que cada uno de los invitados a esa fiesta y cometilón podrán decir sus propias verdades.
Se insiste en que no sería justo vanagloriar la actuación solamente de uno de los artistas. Nos quedan las sensaciones que cada persona absorbió de esa fiesta, en donde seguramente se la habrán transmitido a quienes no asistieron, por cualquier índole, pero que desde estas palabras se les agradece ese gesto, por lo que el compromiso es con todos aquellos y aquellas que desinteresadamente ayudaron a que esta fiesta luciera hasta el infinito y más allá.

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