miércoles, 14 de julio de 2010

Columnas


Apunte de lectura
Leer textos de tradición oral favorecen
la expresión oral.
Las fábulas, trabalenguas, adivinanzas, rimas, cuentos, cantos y juegos verbales favorecen principalmente la expresión oral porque son atractivos y porque con un poco de esfuerzo pueden leerse. Por ello, quiero recomendarte que durante estas vacaciones los lean en familia.
Y una de las que promueven indudablemente estos textos es la escritora Margarita Robleda, una las autoras más importantes de la literatura infantil en México y América. También es compositora, cantante, editora, tallerista, conferencista y poeta, ha escrito más de 70 títulos, números tragaldabas de la serie al sol solito forma parte de los acervos del Programa Nacional de Lectura.
En una ocasión en la ciudad de Iguala, Margarita nos dijo que no se imagina un maestro sin alegría. Y por ser doctora en cosquillas verbales, nos invita a jugar con las palabras. Afirma que poco a poco hemos ido perdiendo nuestra capacidad de asombro, de ser curiosos, de conversar, de jugar, nos hemos tornado en personas serias, la neurosis se ha convertido en un signo visible de la edad adulta, de nuestra madurez.
¿Y la risa? ¿Y la curiosidad? ¿Y el juego? ¿Y todo aquello que nos mantiene alertas, en crecimiento, vivos? A esto, Robleda, nos exhorta a detener nuestra loca carrera, nos invita a jugar con las palabras, todos con los niños, pues mientras no logremos convertirlos en adultos, son nuestra mejor posibilidad de recuperar la capacidad de esbozar una sonrisa.

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