martes, 27 de julio de 2010

Columnas

Oración del padre
Marilli

Ayúdame, señor, a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que quieren decirme y responderle todas sus preguntas con amabilidad. Evíteme que los interrumpa que les contradiga.
Hazme ser cortés con ellos para que ellos sean igual conmigo. Dame el valor de confesar mis errores y de pedirles perdón cuando comprenda que he cometido una falta.
Impídeme que lastime los sentimientos de mis hijos.
Prohíbeme que no me ría de sus errores y que recurra a la afrenta y a la mofa como castigo.
Guíame hora tras hora para que confirme, por lo que digo y hago, que la honestidad es frente de la felicidad.
Modere, te ruego, la maldad en mi vida. Evítame que los incomode y cuando este malhumorado, ayúdame, Dios mío, a callar. Hazme ciego ante los pequeños errores de mis hijos y auxíliame para ver las cosas buenas que ellos hacen.
Oponte a que los castigue para satisfacer mi egoísmo, socórreme para concederles todos los deseos que sean razonables y apóyame para tener el valor de negarles la comodidades que yo comprendo que les harán daño.
Hazme justo y ecuánime, considerado y sociable para mis hijos del tal manera que ellos sientan hacia mi, estimulación, Hazme digno, señor, de que sea amado e imitado por mis hijos. Te lo ruego señor.

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