jueves, 15 de julio de 2010

Opinión


Entre la verdad y la ficción

¿Cuánto les haces falta, José Francisco Ruiz Massieu?

Jorge Luís Falcón Arévalo*
«Cuando se busca tanto el modo de hacerse temer se encuentra siempre primero el de hacerse odiar». -Montesquieu-
En la vida nada es antes ni después. Todo es en su momento justo.
«A la agenda de la democracia mexicana, tanto a su integración como desahogo, han de contribuir los medios colectivos de comunicación porque son -como los partidos- entidades intermedias, colocadas entre el Estado y la ciudadanía que recogen las demandas de ésta y las llevan al poder, así como difunde las decisiones del propio Estado. Los medios colectivos informan, y forman la opinión nacional sobre los grandes asuntos, y uno de ellos es la democracia». Aún cala uno de los diez puntos de la democracia de José Francisco Ruiz Massieu, ex gobernador del Estado de Guerrero, asesinado cuando iba a tomar las riendas de la Cámara de Diputados al final del mandato de Carlos Salinas de Gortari. Una bala terminó con su vida el mes de septiembre de 1994 en las calles de La Fragua en la Ciudad de México.

Este es el punto nueve de una decena de observaciones hacia la democracia. De golpe y porrazo se fue al caño un proyecto político que no prosperó. ¡Lastima! -parafraseando al finado- «Pobre Guerrero, pobre de los guerrerenses, pobre de mi, de tí».
Escasos son los medios, que están inmersos en ejercer la democracia. Y en ello, escasos, son también, los periodistas que se han echado a cuesta esa pesada carga, esa loza de la vergüenza. Con talento, con lealtad, con visión nacionalista.
Medios que han sido zarandeados desde diversos ángulos de la vida comercial. Pero, -sin embargo «se mueve» dijo Galileo- han sabido sortear vicisitudes, atascaderos y agandalles. Otros, cual servidumbre y sumisión han servido para atrasar el desarrollo del pais, por su actitud cómplice y lacayuna -dijeran en la costa «chinqueques» y cooperando- obedecen disposiciones tras el pago de 30 judaicas devaluadas monedas.
El PRI, está solo sin ideólogos. Cuenta sí con una caterva de apóstoles de la desgracia, de la monserga, de la frase chusca; gente dada más a la chanza, a la escaramuza y la jocosidad de sus irremediables peroratas, como mecanismos frívolo para salir al paso de la seriedad y respeto que reviste la política.
Mientras haya una prensa que maquilla sus propias mentiras y mece la cuna de los demonios; esa publicación hace daño e insulta la inteligencia.
En México se puede todo, así parece, menos cambiar o intentar modificar el gran proyecto neoliberal impuesto por el gran capital y las trasnacionales que se controlan desde los Estados Unidos de Norteamérica.
No obstante, éste momento tan peculiar de un proceso electoral más lastimado que una quinceañera violada y más viciado que un drogadicto en la miseria; me ha hecho recordar aquel proyecto, aquellos diez puntos que no pudieron fraguar y que hoy parecen ineludibles.
Por ello, ¿cuánta falta les haces José Francisco, a los priístas?
Pandecta, decía mi padre, «Cuántos rayos se desperdician en alta mar, cómo no les cae uno»
*Librepensador sin.marca@gmail.com

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