jueves, 26 de agosto de 2010

Columnas


Entre la verdad y la ficción

Jorge Luis Falcón Arévalo

ACAPULCO: ¿PIEDRAS SILENCIOSAS?
«¡Como! ¿Te caíste del cielo?» -Antoine de Saint Exupéry, «El Principito».
A mi hija Elena Araceli Falcón Solís.
La filosofía no puede ser puramente intelectual. Porque no se piensa solo con la cabeza; se piensa con todo el cuerpo. La filosofía responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del mundo, de la vida y como consecuencia de esta concepción, un sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción. La filosofía cumple un fin más objetivo, más fuera de nosotros.
El ejercicio parlante del idioma español impuesto a base de tormentos, subyugamientos, cruza de sangre, fuego, improperios, piedra y sangre… se alzó triunfante. Lengua, también, que viene acompañada por adiciones de vocablos de pueblos asiáticos, hindúes, europeos. Infinidad de ideogramas chinos, sumerios, que idénticos a los de los mayas no tan solo en su estructura morfológica, lo es, también, en su significado.
Por ello, la filosofía arqueológica desentraña los misterios más profundos de las lenguas y el lenguaje. Y es en los monolitos, los petrograbados y piedras donde está el símbolo, que es el lenguaje más antiguo.
Stonehenge, monumento que otorga precisiones astronómicas, de agricultura, cronométrica base de conocimiento, de sapiencia. En ello, la piedra del Sol, las pirámides, Nazca, la Isla de Pascua, Gizeh, Mohenjo Daro, Parayba (Brasil), Harappa y Catal Huyuk, entre otros sitios. Sin olvidar la importancia histórica de Acapulco, que es la esencia del estudio: Palma Sola, Coloso, Tambuco, La Venta y más en el litoral del Pacífico guerrerense.
Las interpretaciones de la arqueología por estudiosos como: Boucher de Perthes, Henrich Schliemann, Daniel Ruzo, Hapgood, Hawkins, María Reich, George Smith, Augusto Cardich, Mattes, Piña Chang, Mellaart, Cyrus H. Gordon, entre más que han logrado desentrañar conocimientos serios acerca del lenguaje del hombre… su palabra, la mística, el universo… no estamos solos.
La lengua de los indios Mahua tiene caracteres comunes con las lenguas semíticas; los ideogramas chinos con la gran cultura Maya. El lenguaje de los Quechuas se parece al turco.
La asociación de Venus con la serpiente que gira sobre sí misma se encuentra tanto en el Código Borgia mexicano como en determinadas inscripciones del Próximo Oriente y, sobre todo, de Ras Shamra (Siria); lo mismo el bajorrelieve de Itacuatiara de Inga en Brasil muestra gran cantidad de inscripciones semejantes a las del Próximo Oriente. Bolivia, así como a lo largo del Río Amazonas se han encontrado cerámicas que datan de 2000 años A. de J. están decoradas con serpientes ovilladas, igual como en Mitra, indicada en otro código Troano. Más de 2000 coincidencias de palabras entre la antigua lengua egipcia y las inscripciones brasileñas. ¿Quetzalcoatl? ¿Kukulkan? Cucumatz, la serpiente voladora.
La serpiente es un profundo símbolo iniciático; pero, además es la guardiana de los tesoros. Entienda quien pueda esta filosofía del saber observar y en el entender.
¿Por qué todos los pueblos semitas escriben de derecha a izquierda, y los arios de izquierda a derecha? Los semitas tenían por costumbre volverse hacia el polo sur; su mano se dirigía hacia el oriente, fuente de luz.
En la meseta peruana de Marcahuasi —donde habitaron los huancas—, junto a las monumentales figuras esculpidas en la fortaleza, -dos esculturas representan a la diosa Thueris, protectora de las parturientas en Egipto, la diosa de la fecundidad y de la perpetuación de la vida Su aspecto es muy original: un hipopótamo hembra, de pie sobre las patas traseras (…), con su morro prominente, su panza enorme y el signo de la vida en la mano derecha; es imposible que esta figura convencional fuese reproducida por casualidad en Marcahuasi-.
El investigador C. W. Ceran induce a señalar: «cuanto más antigua son las lenguas, más se parecen entre si, demostrando de éste modo que todas ellas proceden de una misma lengua madre»
No debemos dejar de observar que el Uraeus, símbolo de poder de los faraones egipcios, se encuentra entre los indios campas de los Andes.
Por otro lado, vamos a «hablar con los ángeles», pues comprenderemos y hablaremos el «Solex-Mal», la lengua original y universal de la creación. Las escrituras alfabéticas al principio de los tiempos representaban también números. Por la estructura numérica del universo, son operaciones de símbolos y asociación de signos. Los ordenadores binarios, solo recordemos.
En un petrograbado, ubicado dentro del hotel, en Caleta en la ciudad y puerto de Acapulco, Guerrero, México, se puede apreciar epigrafía cananea y signos alfabéticos hebreos, como por ejemplo las letras: ele, de, erre, te y jota, entre otras; borrosas por cierto, pero que tienen un significado que posteriormente se dará a conocer de manera detallada en el libro.
En otro monumento lítico, se observa el llamado «pájaro del sol», símbolo maya y egipcio del vuelo. Allí mismo un calendario –deteriorado por la mano del hombre, para darle la «estética» constructiva del hotel- irreparablemente dañado, para la propia historia arqueológica de Acapulco.A

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