jueves, 19 de agosto de 2010

Columnas


Entre la verdad y la ficción
Jorge Luis Arévalo

«Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral» -Francis Bacon-
Las cosas que acabarán con la raza humana son: la política sin principios, el progreso sin compasión, la riqueza sin esfuerzo, la erudición sin silencio, la religión sin riesgo y el culto sin conciencia.
Los hombres y mujeres que se han interesado en la política, en su mayor porcentaje lo han hecho porque en ese «arte» el dinero es fácil de obtener; es dinero de nadie. Es dinero recaudado y pagado por gente que no exige y no sabe demandar sus derechos, ni sus justas soluciones. Paga sin saber por qué lo hace y hacia donde va a parar su paga. Es decir, es gente bien intencionada, de buena fe, que cree que hay hombres y mujeres, que habrán de distraer su tiempo, para procurarles solución a sus mínimas necesidades para obtener «calidad de vida» (sic).
La lucha de cacicazgos en pleno siglo XIX, donde se ejercita la democracia y las ideas plenas son una actitud de vida; pues como se ve; se retrocede a la barbarie. Y se deja en el tintero dejar marcado en esos personajes que asumen una condición enfermiza y fuera de control de toda conceptualización de saber que avanzas como ser humano y más como sociedad. Siempre el grupo de señores de hora y cuchillo se anteponen con sangre a que los síntomas de libertad sean bandera de las causas justas.
Churchill lo manifestó elegantemente: «El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido».
En México y propiamente en Guerrero, la política es el paraíso de los charlatanes. Estos palabreros que edifican obras atribuyéndose ser luminados que sin ellos el estado ó municipio no avanza. Políticos que desde hace medio dilo están incrustados en el erario presupuestal, lo único que han logrado es robar, malversar, saquear los dineros de todos. Son las mismas gentes que han manipulado no tan solo el dinero, sino los sentimientos de un pueblo sano y vejado de tanta sabandija. Hoy es momento de deliberar el voto, reflexionar acerca de la conducta y actitud de los personajes que son propuestos en los partidos políticos y quienes los protegen para darnos cuenta que sigue la barbarie, la bestialidad, la incultura de personajeros que han saqueado las arcas de los guerrerenses.
Guerrero, es el único estado federativo que mantiene sujeto y con derecho a perpetuidad los últimos lugares en los principios elementales de calidad de vida para los habitantes. Mala educación, por ende profesores impreparados; es decir, incultos. Todas las enfermedades, por ausencia de médicos y medicinas; pésimos servicios municipales, porque todos ellos concesionados entre funcionarios gubernamentales. Ciudades sin drenaje; por ende miles de familias ajenas al servicio de agua potable -potabilizada y clorada- la que existe va «cruda» a los hogares. No hay plantas de tratamiento.
Y para colmo, el tradicional Partido Revolucionario Institucional (PRI), organismo político que ha causado todos los males y desgracias de México, los caciques designan y apoyan para la gubernatura del estado suriano, cuna de héroes como Vicente Guerrero Saldaña, Hermenegildo Galeana, Juan Álvarez, Julián Blanco, Ignacio Manuel Altamirano, Pedro Ascencio Alquiciras Juan Ruiz de Alarcón, a un personaje que solo ha servido como embajador de la simulación y la perorata, Manuel Añorve Baños. No pudo haberle sucedido otra desgracia a Guerrero, como esta que esperemos nunca llegue a Casa Guerrero, para bien de los guerrerenses de buen juicio y buenas costumbres.

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