lunes, 6 de septiembre de 2010

Columnas

Cisma en el PRI

Edilberto Nava García

A momentos nos decimos sorprendidos por el acontecer político en nuestra entidad. No es para menos. Que la aparente unidad y fortaleza priista se vino abajo en un abrir y cerrar de ojos y que todo cuanto suceda en el rubro está empezando a escribirse, sin que nadie pueda asegurar ni el curso de los acontecimientos como tampoco el final feliz o desgraciado llegado el impostergable plazo.
Como casi siempre y en casi todo, los audaces son quienes levantan el brazo en señal de triunfo y se da el caso, en que lo hacen con demasiada anticipación, con esos aires que llamamos de triunfalismo. Y es que en calenturienta mente no hay paz ni tranquilidad, sino acato a las ansias del corazón, del corazón que no piensa. En política muchas veces ha resultado desastroso cuando los audaces toman la delantera aceptando los demás incluso las incongruencias, dejando a un lado la sensatez. Y es que la noble política lo permite todo en su ámbito de tolerancia.
Hoy en la política se actúa sin la aceptable formación ideológica y, en el peor de los casos, con nula ideología. Pocos saben que el gobierno en total descrédito es, aparte, enorme carga social, más cuando se prueba ineficaz e inoperante como garante de la paz social y el progreso económico y cultural. ¿A quien puede importarle las clases sociales, la pobreza extrema y las consecuencias de ésta? Los pobres mismos se ocupan de hallar a como sea, el alimento diario, el vestido y el alojamiento. Los políticos, muchos de ellos universitarios, les importa encaramarse en la estructura gubernamental con el propósito de hacerse de recursos económicos; sin importar qué estudiaron, pues los títulos sólo son papeles que prueban algunas capacidades. Por eso es fácil encontrar a contadores llevando bonches de papeles de una oficina a otra o a diputados que no pronuncian más que aquello que otros les escriben. ¿Cuál ideología? No hay buscándola ni arriba ni abajo.
Más de un priista he escuchado descalificar al dirigente estatal del priismo, por haber dicho que las puertas del PRI están abiertas para quienes quieran salir. ¿Porqué les sorprende? Aunque estuvieran cerradas, saltarían ya que cuando alguien ya no se siente libre y a gusto en una organización, pues simplemente se sale y punto; con sanciones o sin ellas. Decía Reyes Heroles refiriéndose al PRI: “Formamos un partido, no una iglesia, mucho menos una secta, por tanto, no existe rigidez dogmática en nuestra organización, lo que permite dentro de las coincidencias de todos los miembros, matrices ideológicas, diferencias que sin afectar la línea medular, facilitan la libre discusión, el enriquecimiento del ideario que aglutina. Porque coincidimos en lo principal, podemos discrepar en lo accesorio”.
No hay que preocuparse demasiado. Que si en el PRI estatal ha habido un cisma, ha sido para facilitarle a las oposiciones juntas un buen elemento que los represente. Sus posibilidades de triunfo no se saben a ciencia cierta, pero en el caso de que así fuera, ¿creen acaso que si triunfara electoralmente Angel Heladio Aguirre Rivero gobernará distinto a como lo ha hecho? O creen que de veras ya los opositores le impusieron consignas y lo tienen de las orejas? A lo mejor. Todo es posible en campaña, porque primero debe sumar a cuantos pueda. Si gana, las condiciones serán otras. Bueno, no acaso nos consta el comportamiento de Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, de izquierda supuesta?
La voracidad, la voracidad, dicen otros. Alguien pecó de audaz en los jaloneos previos a la candidatura priista. Es probable, porque afirman que Manuel Añorve Baños no sólo es audaz, sino perverso. Quizá se avorazó creyendo que la unidad priista guerrerense era sólida e inquebrantable. Faltó la fría apreciación. Malos cálculos, como los renales. Lo cierto es que Angel Heladio Aguirre Rivero es la primera ocasión que puede ser candidato a gobernador, mientras que Añorve Baños es la segunda, aunque en la primera sólo llegó a precandidato. Otra verdad, es que la división al interior del priismo a nivel estatal es inédita, lo que hace interesante la contienda; muy dañina para el PRI en el caso de perder. Al fin, la lucha es del poder por el poder, ayuna de ideología.
Reyes Heroles sostuvo que es libre el Estado mexicano, en tanto es un estado de derecho, en que el derecho no sólo obliga al particular sino también al Estado, y en tanto existe una esfera de acción del individuo que impone un no hacer al Estado, un detenerse, respetando ese ámbito de acción propio del individuo y finalmente en la medida en que, para evitar el abuso del poder, se establece la división de poderes, buscando que el poder detenga al poder. Cierto, es herramienta ideológica del priismo original, nada básica del político de nuestros días. Hoy, se comprobará cuán poderoso es don dinero y el mínimo de conciencia o si ésta vale un bledo.

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