jueves, 24 de febrero de 2011

Opinión

Se quiebran
pero no se doblan
Alvaro Leyva Reyes
Hay quienes quieren ver una descomposición del clima político al interior del Comité Directivo Estatal del PRI en Guerrero, que dirige con enorme acierto, Efrén Leyva Acevedo, incluso ven ilusamente focos rojos; están equivocados, porque durante su presidencia del Partido nadie había obtenido tantos votos, más de medio millón, como los que obtuvo el doctor Manuel Añorve Baños en la pasada contienda electoral del 30 de enero, eso demuestra el trabajo que ha realizado el político chilpancingueño, desafortunadamente, recibió un partido casi muerto de manos de Marco Antonio Leyva Mena, “el payasito valiente” quien ahora pretende regresar a la dirigencia del Partido como si fuera franquicia para seguir enriqueciéndose como lo hace en el Congreso del Estado y en el Instituto de Estudios Parlamentarios “Eduardo Neri”.
Frente al desprestigio proverbial de Marco Antonio (para vergüenza de quienes nos apellidamos Leyva), que prácticamente liquidó al Partido, un oportunista de su misma calaña, Salvador Becerril Gómez, mejor conocido como “La pantera rosa”, pretendió espantarme con el petate del muerto, amenazándome que me iba a demandar porque fue sacado del edifico del PRI donde se celebraba una reunión del Consejo Político, seguramente que lo enviaron como “oreja” los traidores aguirritas; sin embargo, se quedó con las ganas de demandarme porque entendió que hubiera fracasado en su intentona de congratularse con los traidores, pues ya no contestó un artículo que me fue publicado donde le dí una respuesta contundente.
Ahora Efrén Leyva Acevedo buscará iniciar un nuevo periodo en la dirigencia del PRI, porque él solo regresó a su tierra natal para tratar de levantar al Partido; ya que está obligado a construir e impulsar nuevas candidaturas a diputados federales, locales y ayuntamientos para el 2012, pero que sean candidaturas competitivas y absolutamente confiables.
Hay compañeros, amistades y hasta críticos que me han preguntado las causas de la derrota del doctor Manuel Añorve Baños, les he contestado lo siguiente:
Hubo traiciones de priistas oportunistas y aventureros, como por ejemplo, lo seis diputados locales; el CEN del PRI envió a Delegados a Guerrero, sin conocer el terreno, prácticamente maniataron a los priistas añorvistas, incluso ellos manejaban los recursos financieros para la campaña; Juan José Castro Justo, coordinador general de la campaña trató de hacer un equipo paralelo al del CEN del PRI, y un cuarto de guerra sin experiencia en los medios de comunicación, ni en estrategias, que nunca funcionó. Hubo presidentes municipales surgidos del PRI que no dejaron participar abiertamente a los dirigentes de los comités municipales de nuestro Partido, estos alcaldes simularon el trabajo y algunos de ellos hasta se vendieron con el aguirrismo, traicionando la confianza en ellos depositada.
Durante la campaña nos dimos cuenta que el pueblo de Guerrero, ya no quiere saber nada de los cacicazgos de Rubén Figueroa Alcocer y de René Juárez Cisneros, eso afectó la imagen de nuestro candidato, pero era ya demasiado tarde para una recomposición y así nos fuimos hasta el final; sin embargo, y pese a las traiciones de “priistas” encubiertos, el resultado no fue tan desastroso como se esperaba, gracias a la experiencia política de Efrén Leyva Acevedo y el empuje del doctor Manuel Añorve Baños, que supo ser un excelente candidato a gobernador.
Todas estas traiciones están debidamente documentadas, hay alrededor de 200 de ellos, no serán dados a conocer, pero cuando quieran participar para el próximo año 2012, como candidatos a diputados locales, presidentes municipales, síndicos y regidores, la dirigencia del PRI les sacará una tarjeta roja donde se dirá que los traidores oportunistas no pueden ser candidatos del PRI, así tengan que llorar, rezar y pedir clemencia.
Sin embargo, Efrén Leyva Acevedo en el 2012, coordinará una dirigencia imparcial y órganos de gobierno partidista capaces de imponer criterios institucionales por encima de intereses de grupo, lo que llevará a no ceder la plaza y mirar por el bien del PRI, que simboliza la patria del sur. Ya vendrán Tiempos mejores para Guerrero, hemos perdido una batalla, pero no la guerra, cuatro años y medios pasan muy pronto.
No se trata de conformismos baratos, ni excusas palaciegas. No es previsible la declinación de Efrén Leyva Acevedo ni de Manuel Añorve Baños, por más frágil y bocabajeados que hoy se miren. Los dos, parafraseando a Melchor Ocampo, el gran reformador de México son como la frase que lo hizo inmortal “Me quiebro pero no me doblo” . Y yo, menos. Significa que preferimos morir en la raya, antes que vivir de rodillas frente a los traidores.
Analista Político / Universidad Complutense de Madrid, España.