lunes, 23 de mayo de 2011

CARTA

Carta de una madre
que busca a su hijo

Carta a mi hijo, a mi entrañable hijo ausente: Ludwig Marighela Hernández Cisneros

Ludwig:
Hola hijo, ¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes?, ¿Estás bien?, ¿Dónde has estado?, ¿Qué has hecho últimamente?.
Estas son las preguntas que comúnmente una madre le hace a sus hijos cuando ha dejado de verlos temporalmente, pero en mi caso estas son preguntas que hago al aire y que no tienen respuesta desde que te llevaron no sé a dónde, son preguntas que me hago a diario y que trato de contestarme, imaginando que en cualquier momento escucharé tu voz respondiéndomelas, pero a veces el cruel silencio, tus no respuestas, me desesperan y casi me lanzan a salir corriendo a buscarte por las calles.
Pero aquí sigo hijo, aquí seguimos, África tu hermana y yo, angustiadas, temerosas, pero buscándote, esperando tu llamada en el teléfono, ilusionadas con abrir la puerta de nuestra casa y verte otra vez con nosotras. Escuchar tus bromas, tu risa, tu hacerte sentir por todos lados. Hoy 23 de mayo hace ya 4 años que te llevaron, porque estamos seguras que no te fuiste, te llevaron pues tú nunca nos hubieras dejado solas.
Hace ya 4 años de tu desaparición hijo, pero aquí seguimos como al principio, luchando, exigiendo, gritando a las autoridades que te busquen y que te encuentren, que nos hagan justicia. Hoy tenemos la ilusión y la esperanza que donde quiera que te encuentres, donde te tengan, puedas conocer estas líneas, escuchar estas palabras y mantener vivo nuestro amor, nuestros mejores sentimientos de esta familia pequeña y unida que somos.
Ludwig, mi querido y amado hijo, te escribo estas palabras desde mi corazón que late fuerte cuando te nombro, con las lágrimas que mis ojos no dejan de derramar por ti y por la injusticia que nos han hecho y con el pecho que siento que va a estallar de angustia e indignación. Quiero que sepas en donde quiera que estés, que no hemos dejado de pensar ni un día en ti; que tu hermana y yo, así como las personas que te quieren y las que aún sin conocerte ahora te añoran, te nombramos diariamente y no dejaremos que te borren de nuestras memorias, que el olvido es algo que nunca nos invadirá porque estas presente con nosotros en todo momento, en cada paso que damos para encontrarte, porque se haga justicia y no seamos víctimas de la impunidad.
Desde aquel día aciago, aquel 23 de mayo del 2007, cuando fuiste a dejar el carro al taller eléctrico con la ilusión de irte a festejar el día del estudiante y que ya no regresaste, desde aquella fecha te hemos estado buscando, primero nosotras, luego los amigos cercanos que ya sabes que te quieren y ahora muchas personas y familias más que estamos agrupadas en un comité y este comité con muchos más del país, pero lamentablemente todavía no ha habido resultados, no ha sido fácil, hay un monstruo de mil cabezas que quiere cansarnos, atemorizarnos, vencernos y resignarnos, pero créeme hijo que no hago otra cosa que pensar en ti, en luchar por ti y en confiar en que nuestra fe y nuestra lucha volverán a juntarnos y no nos separaremos jamás.
Yo le pido a diario a Dios por ti, esperando que algún día nos haga el milagro de volver a verte con vida y estrecharte entre mis brazos, no dudes ni un momento que tu familia te ama, y que rezamos por que vuelvas pronto a casa. Desde el día que desapareciste vivimos con la esperanza y la fe que vuelvas con nosotras y volvamos a ser la familia que somos. Por nosotras ahora no te preocupes, estamos juntas, hay mucha gente que nos quiere, que nos cuida y que no nos dejarán nunca solas, hasta que tu regreses, hijo mío.
Con el corazón en la mano, te saludamos hijo mío a 4 años de tu desaparición:
Tu mamá y tu hermana que te aman:
PORQUE VIVO TE LLEVARON, VIVO TE QUEREMOS
María de Jesús Cisneros Martínez y África Hernández Cisneros.

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