miércoles, 18 de mayo de 2011

COLUMNA

Cosmos
Héctor Contreras

-Luchador-


Una mañana chilpancingueña, tranquila y de clima agradable nos encontramos en el centro de la ciudad, previa cita, con el gran luchador Cosmos, que el paso del tiempo cambiaría su nombre de batalla en la Lucha Libre profesional por Cosman.
-¿Podemos conocer tu identidad, tu nombre completo?
«Sí, claro, porque ya no hay nada que ocultar, ya estamos retirados, ya hicimos lo que se pudo, trabajamos mucho en el deporte y no dejamos de correr, de hacer mucho ejercicio y eso nos mantiene en forma. Mi nombre es Francisco Barón Carbajal, nací en Chilpancingo, me inicié en el deporte de la Lucha Libre en 1975, más o menos. Desde chamaco empecé a hacer deporte, a hacer pesas, a correr, he participado en algunos maratones pequeños, a mí me gusta mucho el deporte. Mi mamá se llamaba Eleocadia Carbajal, ella era originaria de Atlixtac, rumbo a Chichihualco. De mi papá desconozco su identidad, nunca estuvo a mi lado. El murió cuando yo tenía 13 años de edad. Tuve medios hermanos, tuve muchos, diez hermanos.
Mi mamá trabajaba en el centro de la ciudad cuando nací, en 1955. Mi esposa es María Flores Adame, antes fui casado pero me divorcié, tuve otros niños con mi primera pareja. Hemos convivido muy bien con esta señora. Ninguno de mis hijos es luchador, no les gustó este deporte pero sí han seguido parte de mi trabajo. Me he dedicado a ser bombero, me gustó mucho la actividad y actualmente tengo tres muchachos en Bomberos.
Cuando se hacían las funciones de lucha libre en el barrio de San Mateo un amigo me invitó a ver la función. Yo no conocía nada de ese deporte, ahí me gustó. Posteriormente se hacían más funciones. Hubo una ocasión que un elemento, el Ave Negra, hizo una pequeña escuelita en lo que es el CREA. Me integré ahí porque me gustó realmente la lucha, me emocionaba bastante y ahí me enseñó a dar los primeros pasos en lo que es la lucha libre. Posteriormente formé un grupo, el que hoy se maneja en Chilpancingo, que ya cambió de nombre pero sale sobrando manifestarlo, pero realmente con los Torbellinos formamos este grupo de Chilpancingo y acudimos a la escuela que estaba en Acapulco, del señor Abundio Radilla y el maestro Braulio Mendoza. Ellos nos mandaban algunos elementos que nos enseñaran, y ahí empezamos a foguearnos hasta que logramos ser luchadores.
Viendo el título de tu columna periodística que escribías en el diario, me llamó la atención el nombre que manejabas y manejas actualmente: Cosmos, y dije: yo no tengo un nombre propio, y escogí ese nombre. No recuerdo el año, pero hice mi debut en la arenita de Zumpango como Cosmos. Posteriormente seguimos y seguimos, hasta que hubo un elemento de la ciudad de México que él sí tenía la licencia ya registrada como Cosmos, entonces decidí cambiar el nombre, de Cosmos a Cosman y es el nombre que nos quedó. Fueron muchos años los que luché como Cosmos, hasta el año 2000. Cuando cambiamos fuimos bajando el ritmo de la lucha libre porque el trabajo ya no nos permitía luchar.
En Acapulco tuvimos una bonita experiencia. Como son los promotores los que mandan, me dijo el promotor: Yo no te quiero con ese nombre, te quiero probar con otro nombre. Entonces nos unimos con Alibastik y cambiamos de nombre, nos pusimos Los Gatos Diabólicos y posteriormente fuimos subiendo de ritmo, ya nos mandaban a la Coliseo, pero tuvimos la mala fortuna de haber perdido la máscara, entonces nos castigaron, nos castigó el promotor: Por haber perdido la máscara no van a luchar durante un año. Nos congelaron. Pasando el año nos dio la oportunidad en la Coliseo. Seguimos y seguimos hasta que el compañero Alibastik tuvo la mala fortuna de perder el trabajo que tenía en lo particular y ya no pudo acudir a las funciones, y ahí nos apagamos. Me retiré porque me sentía un poquito inseguro, siempre agarras el ritmo con una pareja. Ya no seguí porque me sentí inseguro.
Fueron muchos los elementos contra los que nos enfrentamos. Profesionalmente fueron Chanoc, y de la ciudad de México luchábamos con los grandes elementos. Recuerdo que una ocasión hicimos pareja con El Santo aquí en Chilpancingo. Todavía me tocó esa colita de haber participado con ellos. Con los personajes de México también hicimos algunas parejas o nos enfrentamos con ellos.
Me gustó mucho haber llegado a esta meta porque es la que me propuse desde chamaco. Me gustó mucho la lucha libre y hasta que logré esto. Gracias a Dios que cuando te propones algo lo logras pero con mucho esfuerzo y eso es de ley, y me siento contento de haber llegado a esta meta.
Con Alibastik logramos el Campeonato de Parejas que fue en Peso Ligero aquí en Chilpancingo, después lo perdimos con elementos de Acapulco, algunas máscaras que ganamos, y hasta la vez todavía conservamos la nuestra. Mis maestros de lucha libre fueron Abundio Radilla y Braulio Mendoza. Tuve la fortuna de que les caí bien o será porque los miré para que vinieran a darnos clases, ellos me tomaron como instructor aquí en Chilpancingo, yo era el instructor en la Arena Morelos, que así se llamaba, ahí nos dio permiso cuando era Presidente Municipal el señor licenciado Juan Alarcón. Fuimos a ver al promotor que era su cuñado, Armando Nájera, y él nos dio permiso de entrenar en esa arena y ahí era nuestra escuelita.
Después de que llegamos a la estación de Bomberos, me gustó la actividad porque me puse a pensar que si como luchador era un personaje ficticio, era un «héroe», posteriormente ya eres un personaje real. Como bombero tratas de ser real, te sientes satisfecho de poder servirle a la sociedad. Ver que la gente necesita, y tienes que poner todo lo que está de tu parte para poder salvar bienes ya veces la vida propia de los seres humanos.
Llevo treinta años como bombero y todavía no quiero dejar la estación porque me siento con ganas de seguir participando. La mejor experiencia que he tenido y que me siento satisfecho de ser bombero es cuando se quemó el mercado, que no paramos todo el día y parte de la noche, agotados pero aún así, le dábamos más batería al incendio, tratando que no se hiciera grande la conflagración. Se siente uno agotado, pero se pone el mayor esfuerzo para dejar sin peligro a la sociedad.
Viendo la situación, porque los años nos llevan, aunque duela, tiene uno que dejar su estación de Bomberos, por eso estoy pensando formar una granjita, que ya la tengo por ahí para que pueda tener el tiempo ocupado. Yo soy de campo, a mí me gusta sembrar. Tengo por ahí un terrenito prestado, y a lo mejor lo compro, porque quiero vivir del campo pero nunca olvidarme de mi paso por el deporte. También allá se hace mucho deporte, salgo a correr, tengo un pequeño gimnasio, me gusta el deporte y voy a seguirlo, no lo voy a dejar hasta que el tiempo aguante.
Gracias, Héctor, yo me siento contento porque siempre hemos sido cuates y ojalá y siempre lo sigamos siendo. De mi parte, adelante.
A los jóvenes hay mucho que decirles. Creo que debemos hacer mucho deporte, es muy bonito dedicarse al deporte que les guste. Mi recomendación para todos los jóvenes es que se pongan a hacer deporte».

1 comentario:

  1. Me da gusto leer este tipo de crónicas. Es una muestra del esfuerzo que se hace en muchos lados por sobresalir y hacerlo en una actividad como es la lucha libre. Cosmos resulta así un ganador, pese a la adversidad. Lo felicito sinceramente, Profesor. Me gustaría ponerme en contacto con usted y, de ser posible, que me haga llegar un autógrafo. Mi mail personal es jaimeherdez@gmail.com. Un abrazo. Y mi reconocimiento a Héctor Contreras por hacernos llegar esta experiencia de vida. Gracias.

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Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.