COLUMNAS

Falconario

Jorge Falcón

LATABÁN, TIENE OBLIGACIONES MORALES CON GUERRERO.

¡Guerrero, en el cabús!, desde tiempos inmemoriales de gobiernos apáticos, zánganos, indolentes, cleptómanos, impunes y demás términos abyectos o genuinamente satisfactorios que se le quieran indilgar; bien por amistad, por seducción económico; o, tal vez, por compartir la «pimienta y la sal» de esa administración de gobierno.

La sociedad quiere verdad, solución y accesos a servicios afables y eficientes; pero toca a esa misma plebe, sabe exigir esos derechos inalienables.

La Auditoria General del Estado, ha sido porque así lo ha demostrado, una gran Casa de Citas, donde cualquier representante popular que maneje dineros en la administración; por cualquier monto económico, le dan el placer de ser.

Con Ángel Heladio Aguirre Rivero, a quien le ha tocado pagar los platos rotos de aquellas nefastas camada de funcionarios; tiene el deber ético y moral de poner a trabajar con lealtad, al auditor Arturo Latabán López, y encontrar a los culpables de haber desviado dineros de los guerrerenses, para sus propios bolsillos. Al tiempo, las respuestas o las complicidades.