jueves, 12 de mayo de 2011

COLUMNAS

Memorándum
Gerardo Ruano Cástulo
CAERÁ GUILLOTINA SOBRE EFRÉN LEYVA.
El dirigente estatal del PRI, Efrén Nicolás Leyva Acevedo, parece haber cambiado de estrategia. Habría decidido enterrar el hacha de la guerra, en aras de sumar respaldos para favorecer su ambición personal de mantenerse como presidente del Comité Directivo Estatal de su partido. Ahora sale como defensor de los alcaldes, de Acapulco y Chilpancingo, Manuel Añorve Baños y Héctor Astudillo Flores, respectivamente. Bueno hasta se acordó de las madres que laboran en ese instituto político y las festejó en las instalaciones de la sede estatal del PRI.
Así es. Efrén Nicolás Leyva Acevedo fue el primero en lanzarse en contra del gobernador del estado, el jefazo Ángel Aguirre Rivero, al arengar a los militantes de su partido, a efecto de que le hicieran el vacío durante su toma de protesta. Y ahora resulta, que se erige como un dirigente maduro que no buscará confrontación con el gobernador. Cuando es evidente, que su reacción obedece a que todos los alcaldes de la entidad, incluidos los priístas, han decidido cerrar filas en torno a Angel Heladio Aguirre Rivero, y trabajar codo con codo, a efecto de seguir impulsando el desarrollo en sus municipios.
El nefasto dirigente se dio cuenta que se habría de quedar solo en su lucha contra el Aguirrismo. Y peor aún, eventualmente ninguno de los alcaldes le habría de seguir el juego. Mucho menos, le darían su respaldo para que siga montado en la dirigencia.
Por eso es entendible, que el mentado Vaquero de San Mateo haya cambiado el discurso y ande buscando congraciarse con los liderazgos más fuertes del priísmo local. Es evidente, que no las tiene todas consigo y que en ese sentido su salida del PRI estatal es inminente.
La reacción parece demasiado tardía. Y lo parece, porque de entrada, Efrén Nicolás Leyva Acevedo está etiquetado como el gran perdedor de la contienda del 30 de enero, por lo que, por dignidad, se imponía que dejara la dirigencia estatal. Acto seguido, ya existen diferentes actores políticos que han manifestado abiertamente su aspiración por entrar al relevo en la dirigencia.
Lo que se ve venir, es que en el PRI suceda lo que dice el adagio: «El a hierro mata, a hierro muere». Y es que, no podemos olvidar que cuando el diputado local, Marco Antonio Leyva Mena, se saboreaba su próxima contienda electoral con un PRI que iba a la alza, desde la cúpula nacional le cayó la guillotina, imponiendo en su lugar, por encima de los estatutos y la voluntad de la militancia al Vaquero de San Mateo. Ahora es Efrén Nicolás Leyva Acevdo el que anda haciendo el tejido acomodando los consejos y comités municipales a modo, buscando quedarse en la dirigencia estatal, pero se presagia que desde la cúpula nacional le caiga la guillotina, en virtud de que en esa esfera se ha quedado huérfano.
Además, de que en esa posición, le urge al priísmo de Guerrero, llegue un político que sea factor de unidad. En lo que seguramente habrán de coincidir los liderazgos más fuertes de ese partido. Y tengan por seguros, que esa persona no es Efrén Nicolás, quien por esa razón, anda como sedita y parece haber enterrado el hacha de la guerra. Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

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