COLUMNA


La Jaula de Dios
Jesús Pintor Alegre
Este comentario se lo dedico a todos los padres de familia que pasan momentos difíciles, a los que se han ido, y quiero hacer una mención importante para mi padre, ya fallecido, Gonzalo Pintor Lima. Esto, a un día de la fecha marcada como día del padre, ocurrida ayer domingo.
Hoy día del padre, estoy tras el gran ventanal de la oficina del director del penal, me han llamado para verificar unos datos sobre mi situación legal. Me sentenciaron ya, y me dieron 20 años, el delito fue grave, dijeron y los periódicos así lo gritonearon al día siguiente que me descubrieron: había robado dinero, y de pasó cargué con los robos de otros hasta hacer una cantidad millonaria. Tengo 55 años y muy pocas esperanzas.
Mientras el director del penal me hace preguntas, respondo mecánicamente y la mente trabaja: recuerdo el momento de mi delito de manera muy fresca. Era 24 de diciembre de hace dos años, y en casa no había un solo peso para el pavo, los regalos, no había dinero ni para la sidra, el ponche, los cuetes… había sido un año malo y no pudimos ahorrar por los gastos de la enfermedad de Sonia, la niña más pequeña.
La madre de mis hijos ya había muerto y tuve que enfrentar el desarrollo de mis pequeños. Mi vista se pierde y llega hasta el horizonte de la vista panorámica del gran ventanal. Me han dicho que por ese dirección se encuentra mi casa… en esos momentos quisiera ser Superman para ver con mi vista de rayos equis, lo que estarán haciendo mis hijos, lo que estarán comiendo, lo que estarán platicando, lo que se estarán preguntando…
La noche de mi delito fue porque el sueldo de la semana como el cajero central, se había evaporado, pensé en la noche desesperante que pasarían mis hijos esa noche de Navidad y sustraje entonces unos billetes de la caja registradora para poderles comprar algo, eran algo así como mil 500 pesos, quizá un poco más… la cámara lo registró todo, pese a que traté de hacerlo lo más disimuladamente, y lo hice luego de varios intentos y justificaciones.
El gerente se había dado cuenta y con dos policías detuvo al ladrón, ese que quería el dinero para sus hijos que se morían de hambre, ese que quería que se alegraran un poco esa noche. Me llevaron detenido y me golpearon por ladrón, por delincuente, por ser la vergüenza de la humanidad. El encargado de la tienda encontró un buen pretexto para cargarme sus robos y hasta las de su amante. Este día del padre, es un bonito día para decirle al gobierno que le agradezco por sus políticas, por el trato a la sociedad, por las formas en que conduce a sus gobernados, este día le digo que gracias a él, perdí todo, que mis hijos tal vez se vieron orillados a delinquir por todo lo que les había pasado, o quizá ya han muerto y también se debe a ese ente informe egoísta, utilitario y envidioso que se llama gobierno.
Esta situación que vivo se la debo a esto y aquello, pero también me lo merezco por haber nacido en un lugar como este.

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