jueves, 4 de agosto de 2011

PRIMERA PLANA

De caminos y recuerdos
El Croniquero
Cada quien, mi querido Manuel, tiene su camino y sus recuerdos. De los caminos, cada cual es responsable, porque la conducta es bronca de cada uno, a partir de nuestros hechos, pero me parece que la discusión está en el plano de los recuerdos. Esos, mi añorado ‘brother’, mi apreciado padre en estos trotes del periodismo, no deberían extinguirse nunca, y eso sí es responsabilidad de todos, porque así es como se van construyendo las historias. Un poeta dijo que la vida termina siendo eso:
 una lucha eterna en contra del olvido. Ha pasado un año desde que tu camino terminó, en términos físicos, y te nos fuiste, aquel cuatro de agosto de 2010. Pero a Manuel Benítez Bustos, el de los recuerdos, lo seguiremos teniendo presente muchos hasta que lleguemos, como tú, al final de nuestros propios caminos. Y en este año han sucedido tantas cosas, Manuel, que sólo cada quien en el camino que construye sus recuerdos sabrá si valoró tu aportación a su vida, tus enseñanzas, tus ejemplos, tu solidaridad genuina, como aquella vez que me atropelló el taxista en mi bicicleta y me quería cobrar daños, y tú me protegiste y me defendiste como si fueras mi padre, ¿te acuerdas? Pues hoy se cumplió un año de que te dejamos en el panteón, allá, solito, en el fin de tu camino, y nos quedamos con los recuerdos, que en este caso son más firmes que la existencia física. Y en estos doce meses algunos quizá te han fallado, otros como que sí o como que no. El día de tu cumpleaños, por ejemplo, el 30 de noviembre, cuando cumplirías 57 años, no hubo muchos a acompañarte en tu tumba. Y los pocos que fuimos nos regresamos enojados porque aquellos que tenían más obligación material contigo te tenían en el abandono. Bueno, hoy alguien blanqueó tu sepulcro. No es fino, no es de mármol, simplemente de mampostería, pero como quiera, amaneció pintadito. A veces, quienes fuimos tus amigos o tus hermanos de la vida no podemos hacer otra cosa, y no es justificación, pero nos organizamos para tratar de darte un trato más digno en lo único físico que tenemos de ti: ese sitio donde descansan tus restos. Porque en el recuerdo, mi querido Manuel, hoy nos reunimos a eso de las once de la mañana, todos tus cuates, en un homenaje a tu persona, a un año de tu muerte. Te dimos aplausos. Hubo mensajes muy elocuentes, ya sabes, del Chucho Chávez, de Juan Cervantes, de la licenciada Tania, quien fue en nombre de don Juan Alarcón. Y de tu cuate Joel Eugenio Flores, que fue en representación del alcalde Héctor Astudillo, porque él no pudo estar, andaba dando audiencias públicas. Pero Joel, de su ronco pecho, dijo cosas muy sentidas, muy bonitas, y nos conmovió a todos, porque habló en nombre de la Comuna, pero sobre todo como tu amigo, así lo expresó. Y ahí anduvieron todos los que te acompañamos en tu chamba, después, claro, a echarnos la copa en la cantina inmediata. Nadie se ruborizó por tu afición, nuestra afición, por la bohemia, porque así son los hombres felices, no se avergüenzan de sus debilidades. Y ahí anduvieron, como siempre, Cuahutémoc Saavedra, Pancho Reyes, Ángel Irra, Eliuth Trujillo, Marcial y Juanito y Migue Campuzano, y el inolvidable Federico Quiroz. Todos te dimos como tres o cuatro veces un minuto de aplausos, ahí en el monumento a la Libertad de Expresión, tu baluarte, con una sencilla corona de flores que mandó el Ayuntamiento y con una foto que te tomó Rogrigo Rendón y que la puso en un bastidor grandota. Y de tu familia estuvo doña Eva, vino Irene y Rafael, y tus hijas: Diana Karen y Marian, porque Edgar no pudo llegar. Ahí estuvo, por supuesto, Mary Cárcamo. Y a lo mejor se me pasa mencionar a alguien, pero hubo muchos colegas, ya sabes, a pesar de la premura en la organización. Luego, Eliuth me pidió amablemente traer a tu mamá y a tu hermana y a su esposo al panteón con las flores. Y aquí estamos, con Marcial y Pancho, acompañándote un rato, en el sitio del fin de tu camino. Otros tuvieron trabajo que hacer, pero como dice tu mamá, «para todo hay que darse un ratito». Y aquí estamos, fortaleciendo el recuerdo, que en muchos casos, como el tuyo, es más firme, un año después de tu partida, en la construcción de las historias. Las nuestras y las de los demás y las de todos. Y qué coincidencia: es jueves de pozole, y hoy se inaugura la Feria del Mezcal. Hasta en eso eres bienaventurado, porque habrá manera de ir a recordarte en tu faceta de bohemia. Bueno, pues ¡salud!
misionpozole@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.