lunes, 10 de octubre de 2011

COLUMNA

Memorándum


Gerardo Ruano Cástulo

JAIME RAMÍREZ Y LA CULTURA VIAL.

Chilpancingo es una ciudad que padece a causa de diferentes problemas. Entre ellos, el excesivo número de vehículos con relación a lo limitado de sus calles y avenidas. Desde esa perspectiva la labor de la subsecretaría de tránsito es sumamente complicada. Más aún, cuando la carencia de educación vial es palpable, tanto en conductores como peatones.
Así es. Ante el enorme número de carros se escuchan voces que piden la aplicación de un programa de «hoy no circula». Que según debiera iniciar con los vehículos del transporte público, llamadas urvans, que prácticamente se adueñan de las calles y avenidas, desquiciando la vialidad, especialmente en los lugares donde tienen que hacer ascenso y descenso del pasaje.
De entrada, las urvans si se han convertido en un gran problema, porque efectivamente saturan las calles céntricas de la ciudad, ante la falta de un programa de reordenamiento de rutas, que traiga como consecuencia una mejor cobertura del servicio y calles con mayor fluidez vial. Sin embargo, no podemos negar que existen también muchos conductores de carros particulares que parecen carecer de una buena educación. Se estacionan donde quieren y como caiga. No respetan límites de velocidades. Y es palpable el poco respeto hacia los peatones.
Pero también, no todos los que andan a pie –peatones- parecen contar con buenas herramientas viales. Los ves caminando debajo de las aceras. Cruzando las calles de manera diagonal, sin respetar los espacios destinados para ese fin.
En fin, se ven demasiadas limitaciones, que indican, desafortunadamente, el escaso nivel cultural y de educación que existe en una de las capitales más atrasadas del país.
Por eso es entendible que una de las prioridades de la subsecretaría de protección vialidad, bajo la conducción de Jaime Ramírez Solís, sea dar un fuerte impulso a esa nueva cultura vial que tanta falta hace en Chilpancingo. Al personal de la dependencia se le ve ofreciendo platicas y talleres en las diferentes escuelas, tanto a alumnos como a padres de familia.
Del mismo modo, el subsecretario se reúne de manera permanente con las diferentes organizaciones del servicio público, a efecto de ir calendarizando actividades de capacitación para fortalecer una nueva cultura vial.
Hoy se podría decir, que en los dos años y nueve meses que Jaime Ramírez Solís lleva en el cargo, se la ha pasado dando curso tras curso a los urvaneros, sin que éstos aprendan nada y sigan actuando con la misma anarquía y prepotencia, pero en descargo de ello, se debe anotar que desde la misma subsecretaría se envían señales claras de querer dar un cambio positivo a las cosas. Existe un padrón de conductores del servicio público, en el que se llevan los registros de infracciones. Se aplican operativos en lugares claves para evitar congestionamientos y que los urvaneros desquicien las calles y avenidas. Se checa que cumplan con sus rutas completas. En suma, existen diferentes acciones que buscan dar otro rostro a Chilpancingo.
La apuesta que está depositada en la educación vial, no parece ser una mala alternativa. Sobre todo, cuando desde la oficina de transito, hoy en manos de Jaime Ramírez Solís, se ha llegado de manera permanente a las escuelas, en donde se busca inculcar una visión diferente a las nuevas generaciones. Al final de cuentas, lo único que se puede esperar, es que esa semilla crezca y algunos de los nuevos conductores sean de mejor calidad a quienes hoy la hacen de cafres en los carros. Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

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