viernes, 4 de noviembre de 2011

COLABORACIÓN

Desorden en Chilpancingo

Apolinar Castrejón Marino

El Presidente municipal de Chilpancingo, Capital del Estado de Guerrero, está reafirmando su incapacidad e indolencia ante el desorden generalizado de la ciudad: vendedores por doquier invadiendo las banquetas, infestando los parques, las calles, los accesos, y cuanto lugar público encuentran.
Con motivo de la celebración del «Día de Muertos» y para expender sus productos, los comerciantes solicitaron permiso al ayuntamiento para instalarse en las inmediaciones del mercado de la ciudad; es decir para invadir la vía pública. Hasta donde sabemos la vía pública no puede invadirse, y nadie puede «dar permiso».
Solo la corrupción imperante, ha permitido que los mercachifles se apoderen de calles y aceras, previa «mochada» de los funcionarios lángaros del ayuntamiento, con la complacencia del Presidente de extracción priísta ¡Pos claro! Y desde su balcón en el Ayuntamiento ve muy satisfecho que hasta la plaza cívica se encuentra repleta de vendedores y ofertadores de «cursos patito».
El día 30 de octubre, las inmediaciones del mercado central amanecieron plagadas de «rejillas» jitomateras (pequeñas cajas de fajillas de madera), lonas y piedras «apartando» espacios en el suelo para vender productos de temporada: flores, pan «de muertos» y frutas de temporada.
La eventualidad es que obstruyeron una calle muy concurrida por transeúntes, automóviles y unidades de pasajeros de Chilapa, Tixtla y lugares circunvecinos. A las 8 de la mañana empezaron a expender sus productos, y entonces se creó el mayor desorden, pues no se podía pasar hacia el mercado.
Los transportistas recurrieron al Ayuntamiento y a la dirección de tránsito, donde les dijeron que «Estaban pensando pedirles que se quitaran, a las 11 de la mañana». Los comerciantes que tienen puestos en el interior del mercado se molestaron porque los marchantes no podían pasar hasta sus locales. Y las floristas que venden todo el año, se alarmaron porque advertían que tendrían pérdidas, pues habían invertido «mucho dinero» para surtir sus negocios, pero no tenían ventas.
Ante la «pachorra» de las autoridades, los ánimos se caldearon hasta tal grado de amenazar a los vendedores invasores con desalojarlos por la fuerza, y ellos contestaron que «Si querían, iba a haber madrazos». Los habitantes de las casas cercanas cerraron sus puertas y ventanas ante el peligro inminente. Y nadie podía responder la pregunta ¿Para qué están las autoridades?
Cabe destacar que Héctor Astudillo quería ser gobernador del Estado de Guerrero, pero fue escandalosamente derrotado por ángel Aguirre, quien desertó de las filas del PRI, y en poco tiempo logro «hacer roncha» entre los guerrerenses Aguirre ganó con las siglas del PRD y Astudillo recibió como premio de consolación la Presidencia de Chilpancingo. Quizá de ahí provenga su falta de interés por mantener a Chilpancingo en orden.

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