martes, 22 de noviembre de 2011

PRIMERA PLANA


Alejandra Monserrat Vélez Díaz
Señorita Flor de Noche Buena 2008
Héctor Contreras Organista.En diciembre de 2008, Alejandra Monserrat Vélez Díaz recibió la distinción, porque se lo ganó a pulso ante un exigente Jurado Calificador, de ser la Señorita «Flor de Noche Buena» de Chilpancingo.
Estamos en noviembre de 2011. Vamos con Alejandra rumbo a Acapulco a bordo de un autobús con los integrantes del comité organizador de la fiesta de diciembre en Chilpancingo, 2011-2012, al que en 1981 el gobernador de ese entonces, Alejandro Cervantes Delgado bautizó como Patronato, sustituyendo a los mayordomos.
Viajamos alrededor de cuarenta personas, invitados por los directivos del Patronato, pero al final es un viaje fallido en su objetivo porque el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero tuvo que atender otras ocupaciones y dejó con un palmo de narices a la comitiva chilpancingueña que iba a verlo, para recibir del gobierno el apoyo económico que anualmente da. Se pensaba en tres millones, sólo dio la mitad el día 21 de noviembre. Gastó más en prensa que en la dádiva.
-Alejandra: Eres la Señorita Flor de Noche Buena más bonita de la que se tenga memoria en la historia de este certamen. Te admiramos y te respetamos. Te pido, por favor, que me platiques un poco de ti: ¿dónde naciste, cuándo? ¿Quiénes son tus padres, tus hermanos? Háblame de tu familia, por favor…
«Mucha s gracias, gracias por esas palabras tan bonitas que me hace llegar y bueno: Nací el 22 de noviembre aquí, en la capital del estado de Guerrero, en 1988. Mi mamá se llama Maura Yanet Díaz Franco, y mi papá Manuel Vélez Acosta, vengo de la familia conocida como la alberca, de los Vélez. Mis dos familias son arraigadas del barrio de San Mateo. Mi abuelita materna y mi bisabuelita vive en lo que es la esquina Leona Vicario y Amado Nervo. Toda la familia de mi papá siempre ha vivido en 16 de septiembre y estoy orgullosa porque soy originaria de esta capital, y mi familia es originaria de Chilpancingo, y es lo que me hace sentir orgullosa, aparte de que las familias más representativas de aquí, creo que mis familias pertenecen a ellas. También soy parte de la familia de los Astudillo. Mi abuelito se llama Roberto Vélez Astudillo, de los Astudillo de Tixtla. Entonces viene de atrás toda mi familia».
-¿Cómo transcurre tu niñez?
«Mis padres se separaron cuando yo estaba pequeña, así que la convivencia con los dos era distinta. A veces me la pasaba con mi papá, y con mi papá yo recuerdo mucho ir al rancho, que está por Petaquillas, que es el rancho de mi abuelo Roberto, y también en la alberca, claro, con mi abuelita Concha, en San Mateo. Mi niñez fue muy bonita. La verdad que me dedicaba mucho al estudio, siempre sacaba primeros lugares en lo que era la Primaria, en la Escuela Lauro Aguirre, de San Mateo. Ahí me desarrollé, era muy participativa en todos los ámbitos. Me encantaba estar en el grupo de danza, de canto y era muy alegre, tengo buenos recuerdos de mi niñez. No estudié aquí totalmente mi Primaria. Estudié también un tiempo en Veracruz, adonde me fui con mi mamá y ahí estudié tres años».
-Llega el momento en que te conviertes en muchacha, en señorita, dejaste la niñez atrás y ¿qué sucede cuando ves el horizonte de la juventud y ves la oportunidad de participar en un concurso de belleza en tu tierra? ¿Qué pasó? ¿Cómo estuvo todo esto?
«La verdad, mi abuelita, mi bisabuelita María Luisa Pólito, a ella le encanta todo esto de las tradiciones y costumbres. Por ella aprendí todo lo de las tradiciones, porque es de una de las familias más antiguas de Chilpancingo. Siempre tenía la ilusión de que alguien de su familia participara en el certamen. Mis tías, mi mamá, mis primas por otras causas no podían participar. Entonces mi abuelita me insistió mucho en participar. Después conocí a Alex García, que es ahorita mi mano derecha. Por Alex fue también que participé, porque él me insistió mucho. Yo estudiaba la universidad, mercadotecnia y relaciones públicas, en la Autónoma de Guerrero. Entonces él me decía, me pedía que participara. Total que al final de cuentas decidí participar; aparte porque sí, me llamaba mucho la atención. Desde niña yo veía el Pendón y veía la Señorita Flor de Noche Buena, y a mí me daba esa ilusión, de ser algún día Flor de Noche Buena, y así fue como decidí participar».
-¿En qué año te decidiste a participar?
«En el 2008 fue en que dije: Quiero tener la experiencia. Si gano o pierdo, de todas maneras quiero saber qué se siente estar parada en ese escenario y hablando a toda l agente, al público, acerca de las tradiciones y costumbres».
-Imagino que tu abuelita, tu familia, los mayores de tu familia te prepararon en algunos temas de las danzas, del Teopancalaquis, a conocer más a profundidad lo que no conocías.
«Estoy muy agradecida por ello. Por ejemplo, mi abuelita María Luisa me platicaba de lo que se vivía en Chilpancingo. Cómo era antes, que se apedreaban San Mateo con San Antonio; me platicaba del río Huacapa, que era muy bonito, que era agua natural, limpia, que ahí se iban a lavar. Me contaba que venían los de Amojileca y se encontraban aquí con los de Chilpancingo. Toda esa historia me enriqueció tanto que aprendí muchas cosas, y me empezó a llamar la atención Chilpancingo, y empecé a conocer más a profundad la historia de Chilpancingo. En cuanto a los demás de mi familia, sí me ayudaron en mi preparación, pero más que nada fue el apoyo en cuanto a las porras, que el vestido, ayudarme a preparar. Cuando yo decía mi discurso lo repasaba, sentados todos en la sala y lo decía frente a ellos. Entonces, fue una experiencia muy bonita en cuanto yo me preparaba, porque mi familia me apoyó mucho».
-¿Cuándo ocurre que estás ya en el escenario para el concurso?
«No recuerdo bien la fecha, en San Mateo, pero fue a mediados de noviembre en que se hizo la eliminatoria. Ese día estaba llena de nervios y fue el día más bonito, porque la verdad yo no me imaginaba ganar. Tenía rivales fuertes, todas estaban bien preparadas y dije: Bueno. Si no gano, de todas maneras ya tengo la experiencia. Pero ese día fue un día muy bonito. Al final, cuando terminé, cuando resulté ser ganadora en San Mateo, al dar el recorrido en el barrio, la gente me recibió con mucha alegría. Eso nunca lo voy a olvidar, esa experiencia de que la gente te reciba y te a aplauda en ese triunfo».
-Te escucho y te veo muy emocionada todavía…
«Así es. A pesar de que pasan los años, esa experiencia, esa alegría la vuelvo a recordar, y es como si la volviera a vivir, porque eso nadie te lo quita. Muchas veces no importa el premio económico, no importa nada de eso. Lo que importa es representar a la feria, el título que vas a llevar. Esa vez fue la eliminatoria, primero en San Mateo, después en San Antonio, la eliminatoria por cada barrio. La eliminatoria final fue en la plaza de toros el cinco de diciembre, que fue cuando nos encontramos todas las representantes de los barrios. Y ese día fue una experiencia aún más bonita porque, imagínese, estar parada frente a toda la gente en la plaza de toros que es impresionante cuando uno se para en ese escenario y ve a toda la gente. Es una sensación distinta a la que una vive en el barrio. Porque ya están los cinco barrios ahí, toda la gente de Chilpancingo viendo, esperando quién es su nueva Flor de Noche Buena, y fue una experiencia que nunca, nunca la voy a olvidar, así pasen los años, así tenga otras experiencias bonitas en mi vida, creo que esta es la más importante».
-Ver esa noche tu triunfo fue algo muy emocionante. Lo recuerdo con mucho cariño. Pero ahora veo que estás en los medios de comunicación; esto quiere decir que ser Señorita Flor de Noche Buena te abre las puertas hacia otros horizontes.
«Claro que sí. Por ejemplo, en mi caso. Antes de participar en el certamen yo ya era conductora en ‘Siga-TV´. Fue un programa que empezó como práctica escolar, y posteriormente, después del certamen fue cuando sí se me abrieron muchas puertas. El certamen no solamente te ayuda en ganar una corona o en representar a la feria, que es lo más importante. Sino que también ayuda a tener seguridad, a demostrarle a gente que puedes llegar a hacer más cosas, se desenvuelve uno más, se conoce a más personas, que ellas mismas se acercan y piden que trabajes con ellas, como en el caso de muchas personas y, de usted, que se lo agradezco. Es una sensación muy bonita porque la gente te comienza a reconocer, y eso es muy importante, porque poco a poco se va creciendo como mujer, se va creciendo como persona y creo que a todas las Flor de Noche Buena sí nos ha cambiado la vida totalmente».
-¿Qué haces ahora?
«Estoy colaborando con el Patronato como coordinadora del certamen Señorita Flor de Noche Buena, que también es una de las cosas que yo tanto anhelaba, de ver este certamen desde otro punto. Ahorita me estoy dedicando a esto, y posteriormente, ya que termine mi coordinación, me dedicaré totalmente a mi carrera, que es mercadotecnia, la publicidad, a la promoción y si hay otra oportunidad de estar en televisión, claro que regresaré».
-¿Qué experiencia te deja el ser Señorita Flor de Noche Buena?
«Experiencias muy bonitas. Durante todo el año viví momentos inolvidables. Por ejemplo, a mí me queda muy marcado el Pendón. Fue el día más feliz de mi vida estar ahí. Cuando yo salía a otras ferias, que nos invitaban, dentro del estado de Guerrero, en las distintas regiones, nunca se me van a olvidar, y también cuando di una conferencia en el Museo Taurino, en la ciudad de México, fuimos a checar lo de la corrida de toros para el día 25, pero un día antes nos invitaron a asistir al Museo Taurino y ahí me dieron la oportunidad de dar una experiencia de lo que es Chilpancingo, la feria, las tradiciones, las costumbres, ese día tampoco nunca se me va a olvidar. Cuando nos entrevistaron para Unicable, en vivo, mientras estaba la corrida de toros, al Patronato y a mí, y que toda la gente, cuando regresé me decían: te acabo de ver en la televisión, porque es a nivel nacional. Son varias experiencias, también cuando vino Jean Gringo, de Unicable, también, que vino a Chilpancingo. Nos vimos en el Tecuan y le expliqué acerca de la gastronomía guerrerense, también fue una bonita experiencia. Fueron tantas que nunca voy a acabar, pero que, como le acabo de decir, siguen todavía esa emoción de haber sido Flor de Noche Buena. Hasta estos días he recibido muchos comentarios, que la verdad, nunca dejaré de agradecer a la gente».
-Que importante debe ser para ti, y eso afirma más tu personalidad, tu belleza, tu presencia en la feria, que una señorita Flor de Noche Buena trascienda. Y sobre todo, que te quedes grabada en el corazón de Chilpancingo. Yo creo que eso deben buscar las concursantes: trascender como tú y ahora darles un mensaje de cómo hacerlo.
«El mensaje que les daría a las candidatas y a las futuras jovencitas que quieran ser Flor de Noche Buena, es que realmente amen lo que están haciendo, que se sientan con ese honor de ser Señorita Flor de Noche Buena y que, como algunas veces, cuando les hacen la pregunta de: ¿qué harías si ganaras el certamen?, que realmente lo hicieran, que realmente sean portavoz tanto a nivel estatal como entre sus familias, de seguir preservando nuestras tradiciones y costumbres, que busquen cómo llevar a cabo que la feria se difunda, que busquen cómo sentirse, que pertenezcan realmente a la feria. Que no se queden solamente con un título o como una imagen nada más, sino que realmente sean inteligentes y que trasciendan más allá de este certamen. Y sobre todo, el día que lleguemos a ser mamás, que pasemos de generación en generación, inculcando a nuestros hijos que realmente nuestra feria es bonita, y que Chilpancingo tiene que ir más allá de nuestra sociedad, que la feria tiene que difundirse estatal y nacionalmente. Porque 186 años de nuestra feria, no es fácil. Es una de las ferias más antiguas de México, incluso de América Latina. Eso me llena mucho de orgullo, y creo que la siguiente Señorita Flor de Noche Buena tiene que buscar espacios, tiene que seguir en este desarrollo de la feria».
-¿Hay algo que te haya molestado en el concurso? Porque imagino, yo no sé, pero se dice que entre las mujeres hay mucha envidia y que se critican hasta la forma de mirar o de hablar o de caminar. ¿Qué sucede en o esos momentos en la competencia?
«Sí, obviamente: Tiene razón. Toda mujer, a veces sentimos un poco de ego, de celos. Pero lo que sí me llegó a molestar un poquito es que mis compañeras, ya en la final, las cuatro representantes de los barrios, cuando obtuve el triunfo, ellas me dejaron de hablar totalmente. Entonces, ya sabe: primero es el pacto de gane la que gane vamos a seguirle hablando, nos vamos a apoyar. Entonces, cuando deciden, cuando dan el veredicto de que soy la triunfadora, ninguna de las cuatro me felicitó. Y yo sí sentí, porque dije: Se supone que ante todo éramos compañeras, nos veíamos para los ensayos, y yo siento de verdad de que si no hubiera ganado, creo que yo hubiera felicitado a la que hubiera resultado ganadora, porque yo sé que es un esfuerzo, y entre nosotras lo decíamos: estoy cansada, no tengo esto, no tengo el otro. Entre nosotras nos dábamos consejos, y para el final sí me desilusioné un poquito porque dije: ¿Qué les pasa? O sea, aunque siquiera por hipocresía pero algo me hubiera llevado de ellas. Pero bueno, entiendo que esto es así y eso fue lo único. Después ya, cuando andaba ya en el reinado, pues, no tuve ningún enojo. Al contrario, todo fue satisfacción para mí».

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.