¡CASOS Y COSAS DE LA VIDA!
Como decían los abuelos, no le eches rosas a los marranos, pues resulta que me levanté temprano, y me dirigí al cagadero para darme un buen baño claro esta, con agua templadita, por que con estos fríos, el cuero se arruga, mas el de los tenates, que se encuentran, en medio de las piernas dándole un calor templado, húmedo, y a la vez fresco, imagínese, si
estuvieran a la intemperie, y con este pinche frío, que hace, nacerían puros Pingüinos, salí del baño, cobijado con mi bata de toalla, al tocador, no sin antes darme una rasurada, que ha como cansa, todos los días, de joven, me rasuraba a escondidas de mi Padre, según para que me saliera «Moustache» Bigote, y de vez en cuando le daba unas rasuradas al Camarón, y a los cuates que nunca se separan. Todo para sentirme hombre mayor, lo bueno venia después, cuando me ponía la loción colonia de mi Padre gritaba como mujer preñada al nacer su niño, tomaba aire, un chorrito a la palma de la mano, y directo al Camarón, uy, uy, buey, como arde, todo para sentirme hombre, pensando, que tal si a la chica le gustan los «Mariscos» lo único malo que cuando crecían los pelos púbicos era un jaladero de la chingada, destino los centros Comerciales. Palacio de Hierro, Liverpool, etcétera había cada «forro» tanto empleadas, como mujeres que hacían sus compras bien vestidas y perfumadas. Elegantes, y primorosamente bien pintadas. Este domingo pasado, llevé a mi arañita, a Liverpool Chilpancingo y me encontré con caballeros que llevaban, a sus criadas, con unos pantalones Vaqueros todos arrugados y sucios, la blusa no se la ví, por que traía, un suéter todo viejo y con un madral de pelos de perro, el cabello todo sucio peinado por una Dona que en sus tiempos era blanca y ahora lucia gris, tirándole a negro, y con unas ojeras de sexo lujurioso, toda pálida, y arreglándose el pelo con la Dona, se me vino a la memoria, cual Dona estará mas limpia, si la de la Cabeza, o la que tiene en medio de las Nalgas.
Los Quiere Cecilio
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