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Nostalgia por cambio de

edificio del hospital RAA

Marcelo Villanueva Luna.—La nostalgia invadió a ciudadanos de Chilpancingo y a trabajadores de salud, luego de que hoy jueves 8 de diciembre dejara de funcionar el viejo hospital general «Raymundo Abarca Alarcón» ubicado en el centro de la capital, mismo que vio nacer a miles y miles de recién nacidos y también fue testigo de los últimos suspiros de

 vida que dieron miles y miles de pacientes de las diferentes partes del estado de Guerrero, esta vez el destino que le espera a estas viejas instalaciones es la demolición. Al ser entrevistados la mañana de hoy jueves por La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, a algunos de los trabajadores de salud, dieron que hoy se terminan con muchos años de esfuerzo, de historia y de sacrificio de la gente que ahí laboró, a incluso consideran que fue parte de la vida cotidiana de ellos y que ahora se queda en ese lugar. Así lo explicaron Omar Felicitos Estrada médico internista y Agripina Romo Díaz, enfermera, quienes revelaron que para los trabajadores y ciudadanos de Chilpancingo, este hecho de trasladarse al punto conocido como Tierra Prietas, a las nuevas instalaciones del hospital «Raymundo Abarca Alarcón», les jeda un sentimiento profundo e invasión de nostalgia porque este centro de atención medica era parte de la vida capitalina, de todos los trabajadores y los usuarios. Era un lugar que siempre estaba lleno de gentes y de pacientes. «No tenemos ideas de cuando empezó a operar y quienes fueron los primeros pacientes que aquí fueron atendidos, lo cierto es que estas paredes que todavía están de pie, vieron nacer a miles y miles de niños que ahora son adultos». También vieron morir a miles y miles de pacientes que dieron sus últimos suspiros, hemos de reiterar que este hospital estaba al servicio de toda la ciudadanía del estado de Guerrero, no solamente de la zona centro del estado, aquí llegaban gentes de las diferentes regiones. Desde hoy jueves 8 de diciembre del 2011, hoy existe un nuevo horizonte, inicia una nueva vida y este viejo edificio el destino que le espera es la demolición y pues no sabemos qué utilidad le vayan a dar», refieren con notable nostalgia.