jueves, 23 de febrero de 2012

COLUMNA

Gobierno caro, malo y corrupto

Apolinar Castrejón Marino

«El gobierno panista de Felipe Calderón Hinojosa es caro, malo y corrupto».
Así dijo un diputado priísta desde la tribuna del Congreso de la Unión, en una de las más recientes escaramuzas de las que saben armar, en lugar de proporcionarnos buenas leyes, reglamentos y códigos, que es por lo que cobran jugosas «dietas».
Otro que cobra jugosamente es precisamente Felipe Calderón, y en efecto es muy malo como Presidente de México, pues no ha cumplido nada de lo que prometió como candidato.
Qué flojera acordarse de sus promesas ¿Verdad? «Lo bueno es que ya se van». Así secundó otro diputado las críticas al gobierno calderonista.

Y es ahí donde le duele a Felipe, sentir como se le escapa de las manos el poder.
Ve como se acaban sus privilegios para pasear dentro y fuera de México, aparecer diariamente en la televisión con su jerigonza de héroe no comprendido.
Este hombrecito que tomó por asalto «Los Pinos», y que con la incompetencia suya y de sus amigos a los que colocó como colaboradores, ha hundido en el desastre al país: estamos sujetos a «la ley del hampa», tenemos el mayor rezago educativo, y pende sobre nuestras cabezas la amenaza de una economía ficticia.
En el mes de enero se supo que Calderón «instruyó a su gabinete económico» para que a toda costa indujeran el movimiento económico para conseguir una inflación baja y un superávit a la alza.
Según él, si aparentaba una economía estable y en crecimiento, pasaría a la historia como un buen presidente.
Pero se le está «haciendo bolas el engrudo», porque cada día vemos las más grandes muestras de corrupción: Evasión de reos de las «cárceles de alta seguridad», asesinatos masivos en las cárceles, tráfico de dinero, armas y sustancias prohibidas.
La cantaleta de Calderón que gobiernos anteriores no enfrentaron al crimen organizado, y de que la criminalidad no se inició en este sexenio, sale sobrando.
Calderón utiliza su poder hasta para insultarnos impunemente, hablándonos como si fuéramos bobos. Y la cosa es muy clara, si quiso enfrentar al crimen organizado con una guerra a tontas y a locas, lo menos que debe presentar son resultados.
Y queremos resultados reales, no sus cifras maquilladas y mentirosas. Aunque quiera engañar a la gente.
Nunca en la historia moderna del país ha habido tantos asesinatos, ni se habían realizado con tanta saña.
A plena luz del día, en cualquier ciudad o población se «ejecutan» a una o varias personas, de cualquier edad o condición social y económica.
Los criminales (a quienes llaman «sicarios» quien sabe por qué razón) se pasean en automóviles robados, sin placas y llevando cadáveres descuartizados en la cajuela. Muchos jóvenes con futuro incierto a quienes se ha inculcado la dependencia del gobierno para resolver sus problemas, se distraen metiéndose droga, mientras esperan el beneficio de programas sociales que sangran abundantemente el presupuesto que se surte con nuestros impuestos.

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