miércoles, 18 de abril de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Bien. Esta tarde no debo decirlo de otra manera, hay historias que no son las que debieran, hay historias que duelen, que lastiman en lo profundo y trasgreden a la persona en lo físico y en lo moral, se nos encaraman las leyendas urbanas y rurales, con su llorona y su caballo del diablo.

A lo corto nos enteramos de los jaloneos internos de cada partido, de cada grupo político inclusive, que en realidad agobian. Ni el Partido Revolucionario Institucional, el Partido de la Revolución Democrática, ni el Partido Acción Nacional, tienen acciones diferentes en esta Jaula de Dios.
Los institutos políticos con sus actores en constante movimiento sobre esta misma actividad, no han terminado de aprender pese a los tanto años y a los tantos sinsabores, golpes y descalabradas.
Las pedradas a nivel nacional hasta acá llegan, y que por ahora escenifican Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nietro en el tema de las promesas incumplidas.
Acá en corto, en Pungarabato, lo vemos con Miguel Ángel Albarrán y el grupo que debe llamarse Tocoal, por aquello de todos contra Albarrán, o todos cual, o mejor, todos tal cual, entre Juan Olea Pliego, Leobardo Alcántar, Andrés Mendoza, Felipe Beltrán, y Ángel Palacios, esto, en lo que hace a Pungarabato, el municipio más importante de la Tierra Caliente, el de la economía de las vacas gordas en alguna ocasión, viene a dar un golpe más de los que ya tiene este municipio.
Golpes que se comparan en el nivel político y trasgreden a la sociedad, con el caso Juanchi Quiñones, aún vivo, y lo es porque las notas amables en los noticieros y los periódicos, las pueden escenificar cualquier personaje, hasta un policía, pero jamás un político, y eso es de niveles de la alarma.
Cuando uno se acerca a la gente a preguntarle qué le parece Adolfo Vergara, por ejemplo, para el distrito 18, en lo que hace al PRI, la reacción es por regular de indiferencia, de golpe al interés, y se prefiere hablar de cualquier otro tema, como el de las dificultades económicas en este municipio y esta región, o el hecho de que los jóvenes quieren revivir el dinamismo citadino, robado y ultrajado por manos aviesas y ajenas.
Ese es el punto, y allí es donde se debe remarcar para explicar que no hay forma de entenderlo de otra manera.
 ¿Cómo explicarlo para hacerles entender a nuestros políticos que se sumergen en la animalada?, creemos que no hay otra forma más clara: la ciudadanía está harta, cansada y adolorida. La ciudadanía ya no quiere saber de los políticos y la política, porque siguen sin madurar, siguen sin aprender.
Se insiste en el punto: hay avances en todas las áreas, en todas, sobre todo en la tecnología, se ha avanzado en áreas tan pequeñas pero con grandes proyecciones como la ecología que parece ser un rubro que a pocos importa, de allí lo pequeño.
Se ha exigido la profesionalización de todos y cada uno de los actores sociales, incluyendo a los periodistas. Se ha exigido igualdad y cambio de sistema económico, se ha avanzado en la aplicación de cada tema, de la gente, de los niños, de los adultos, de los profesionistas… pero los políticos se han estancado, allí, arrumbados en su propio universo egoísta, hipócrita, intrascendente.
Los políticos han creído que el mundo les pertenece o que son el ombligo del mundo, pero si alguna vez fue así, con toda honestidad, se les está escapando de las manos.
El mundo a un punto del holocausto que tanto anuncian y que se pudiera dar en otros tonos tal vez no tan funestos, de acuerdo a la teoría de Julio Verne, que se va al resarcimiento de todo, a la renovación pues, y al impulso de una fuerza esperanzadora, es al parecer, la única esperanza.

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