En los acarreos de los carroñeros priístas que buscan una candidatura en este proceso electoral «concurrente» y que termina el primero de julio, sin medir consecuencias de accidentes, sus seguidores llevan hasta sus hijos, y mientras esperan a los políticos, los niños se entretienen jugando naipes. Grafica tomada en la planta baja del edificio del PRI. (Foto: Javier Francisco Reyes).
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