miércoles, 2 de mayo de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Día del trabajo, día de descanso y de marchas, del día del niño intoxicado, o como quieran ponerle ahora luego de que en Acapulco enfermaran cerca de 300 niños por consumir alimentos en mal estado, y que refuerza la fama de Guerrero como el estado donde se enferma en masa a su gente.

Y allí para la anécdota, los cerca de 80 intoxicados de Chilapa por consumir tacos con arroz y huevo, en un mitin priista en Chilpancingo, donde se erigió como el candidato del distrito 06, a Héctor Vicario Castrejón. Por cierto, candidato perdedor del mismo distrito, y que ahora insiste, pero bueno, esa es noticia vieja.
Todo ello brinca como dato y hasta como historieta del folclor muy de estos días… pero que el tema actual es otro, ya que se está poniendo de moda entre los candidatos los actos disfrazados de justicia como eso de acortar a la mitad los salarios, quitar a los diputados plurinominales, o donar el dinero de las multas de los diputados faltistas, entre otras situaciones del mismo talante.
Un cuadro que se enreda en este proceso electoral cuando la lluvia de los dineros agobian a la pobreza y a la desesperación.
Sólo hay que revisar los presupuestos autorizados: el Instituto Federal Electoral, ese que trabaja el fraude, perdón, la elección del presidente de la República, los senadores y diputados federales. Este instituto federal, para esta encomienda, tiene un recurso que va a los 15 mil 992 millones de pesos, hay que resaltar que 3 millones 33 mil 617 pesos, son el solo salario anual del presidente consejero de este instituto, y para cada uno de los consejeros, les corresponden 2 millones 398 mil 644 pesos, todo un mundo de dinero que debería avergonzar a los que lo reciben.
Todo ese dinero para un instituto es ignominioso, pues presume que vigila entre otras cosas y más en este tramo, los delitos electorales, que como en todos los casos y en todas las situaciones, no ve ni escucha, pese a las denuncias ciudadanas, candidatos otros, afectados en su ánimo y hasta en su espíritu, espontáneos y lambiscones.
Funcionarios, los electorales, que son un agravio a la pobreza galopante de nuestro pueblo. Y bueno, porque será una elección concurrente, o como se le podría decir de otra forma: un chilaquil al enredarse el estatal con el federal, el Instituto Electoral del Estado de Guerrero, de 567 millones de pesos que pedía, les autorizaron finalmente 247 millones, que no deja de ser un gasto oneroso.
Tanto el IFE como el IEEG, son los institutos árbitros más caros e inútiles del mundo, estar allí es sólo para solapar muchas irregularidades, como los mismos candidatos han acusado, sobre todo los que pierden o se ven en clara desventaja.
Pero no todo para allí, pues encima de ello y tras las elecciones, se encuentran el Tribunal Estatal Electoral de Guerrero, o el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Estos nombrados, por lo que llaman recursos de impugnación, se ven en el señalamiento de que se venden al mejor postor para darle entrada a su reclamo y para declararlo procedente, si no hay lana, bueno, simplemente no le hacen caso y tras varios plazos, terminan declarando improcedente la querella del candidato acusador.
En fin, este primero de mayo, día del trabajo, y a dos meses de la elección, sigue sorprendiendo que los cuentos de hadas sigan muy vigentes, con nuestro propio Nerverlad y la magia del País de las Maravillas, con chirundo o sin él.
La simulación es un acto también muy de moda, donde se habla con tanta saliva que el pinole se inhibe, los hay candidatos que no sólo son los inventores del agua tibia, sino que hasta con mirada de perdonavidas, se erigen como los salvadores del universo al tener la verdad absoluta.

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