miércoles, 16 de mayo de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Es bien claro que cuando no se tiene competencia, lo que se ofrece al usuario o consumidor, es un ralo y acotado producto que no obstante ello, se exhibe al público como lo de mejor calidad sin tener referente ni punto de comparación.

En este movimiento de la oferta y la demanda, es donde surge precisamente la magia de poder ofrecer precisamente lo mejor, en base a la exigencia ciudadana.
Lo anterior no tendría sentido tácito, si la gente no se entera, que en lo que hace a la diputación federal 01, que comprende 12 municipios, 9 de ellos de la Tierra Caliente, y en el que sólo hasta ahora se regodea el nombre de Catalino Duarte Ortuño, candidato perredista que como dice la conseja popular: va en caballo de hacienda.
Sin embargo, el punto que parecía indestructible, del mismo modo que el átomo en los tiempos florecientes de la física cuántica, basado en el desorden en un partido como el Revolucionario Institucional, quien ha jugado con los nombres en la candidatura del 01, y que van del de Gustavo Juanchi Quiñones, hasta el de Raúl Ríos Núñez, sin soslayar el nombre de mujeres, se ha roto en su hermetismo.
La situación de burla a los priistas calentanos está presente, de cierto, y difícilmente se podrá borrar, sobre todo porque en este juego de Maquiavelo, esa fue la lectura: el desdén y el valemadrismo para el PRI en un distrito que parecía entregarse al PRD, no obstante ser la región que más triunfos ha presentado, y la que más participación ciudadana registra.
Desnudemos la lista de la ignominia, esa que le pasearon a los entregados priistas, y que sin embargo, en su cesión partidista, se han mostrado con la verticalidad de defender a su partido, pues ya han tendido sus estrategias y todo el andamiaje para hacer ganar a su abanderado, sea quien sea, es decir, sin candidato los priistas han estado trabajando, de acuerdo a los reportes recibidos.
De esta forma, se vaciaron los nombres: Raúl Ríos Núñez como potencial abanderado, quien declinó a favor de Gustavo Juanchi Quiñones, y que se registró como tal, Verónica Muñoz Parra vino en seguida por la cuota de género, en un acto de arrebato que conmocionó a los priistas y se regó la indignación por la forma de actuar de un Víctor Valencia de los Santos sin conocimiento del mapa político del estado.
En esta misma lista se nombró a Yolanda Pineda, por aquello de que es de la región calentana, pero nada se formalizó, luego otra vez Verónica Muñoz Parra, en ese intento por meter con cuña a alguien que sería recibida por los priistas sólo por lealtad a su partido. Vino el dirigente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero, quien temiendo un linchamiento, no se atrevió a asomar a Muñoz Parra.
 Y sin la presencia física de ella, anunció su renuncia, que más tarde desmintió la misma renejuarista, pues no había tal abandono de la candidatura.
Más tarde se supo que lo que negociaba, y de acuerdo al mismo PRI en sus oficinas centrales, era que fuera incluida en la lista de candidatos a diputados plurinominales en lugar preferente.
Y entró otra vez el nombre de Raúl Ríos.
Encima de todo ese desgarriate, a los lados, Catalino Duarte Ortuño se regodeaba con su presencia solitaria en esta contienda que parecía más bien un juego de niños.
No hay de qué preocuparse, parecía dejar la lectura.
Sin embargo, y como aditamento para el sabor a este hándicap, la sal pues, es que el PRI ha volteado otra vez a Gustavo Juanchi Quiñones cuando menos, en el nivel del rumor, bajo la premisa de querer ganar.
Es decir, si acaso pudieran tener alguna esperanza los del PRI, que hasta hace muy poco se veían muy dormidos y con elección de candidatos de manera desafortunada.
Muchas voces solidarias se han expresado a favor de Gustavo Juanchi, de todos los sectores de acuerdo a lo recogido.
A partir de allí, la estrategia de Catalino Duarte Ortuño debe tender a cambiar, pues no es lo mismo no llevar competencia, que tenerla.
 Ahora bien, ¿qué tanto peso específico tendrá Gustavo Juanchi Quiñones?, sin apasionamientos, debe de verse que la estructura partidista en la región ya está tendida, aún sin candidato, es decir, se iba a trabajar aún con Verónica Muñoz Parra.
Con la posible llegada de Juanchi Quiñones, el sabor al caldo se fortalece, pues entonces, se habla de una contienda que promete o como dirían los cronistas deportivos: es de pronóstico reservado.
 Gustavo Juanchi está crecido, sin duda, pues conoce su condición, e inclusive ha dicho: yo con 10 días de campaña, soy capaz de hacer más ruido que animales desbocados en hojarasca.
La promesa allí está, y de que debe de preocupar a los que están en frente, por supuesto, pues luchar contra la sombra, no es lo mismo que el encontronazo en serio. Allí la labor de los priistas, y allí la decisión a aplicar, quien tenga oídos, que oiga.

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