viernes, 4 de mayo de 2012

PRINCIPAL DE NOTA ROJA

El putrefacto vivía aquí
en la Mirna Acevedo

Antonio Cantú Rendón.—Después de un mes y medio que estuvo en calidad de desconocido en la cámara frigorífica del Servicio Médico Forense de Chilpancingo, ayer por la noche fue identificado el cuerpo de una persona del sexo masculino, quien fuera encontrado en las aguas del río Mezcala.

El ahora occiso quien en los momentos en que fue encontrado su cuerpo ya estaba en estado de putrefacción, respondía al nombre de Noé Bernardino Avila de 38 años de edad, originario de Pueblo Viejo, municipio de Heliodoro Castillo. Bernardino Avila tenía su domicilio sobre la calle principal de la colonia «Mirna Acevedo» que se ubica en la parte alta del punto conocido como «La Avioneta», y también se conoció que el ahora ejecutado tenía aproximadamente seis meses que había retornado de Estados Unidos.
La esposa del desafortunado brasero, María Guzmán Ramírez, dijo que hace cerca de dos meses su esposo se encontraba desaparecido, y desde esa fecha había vivido horas de angustia al no saber del paradero de su pareja, y hace unos días fue a buscarlo a las instalaciones del Servicio Médico Forense de la ciudad de Iguala de la Independencia.
 Sin embargo hasta ayer por la tarde cerca de las 20 horas arribó a la morgue capitalina, en donde solicitó ver los cadáveres de personas que están en calidad de desconocidos.
Los prosectores del SEMEFO, le mostraron un cadáver que hacer aproximadamente un mes y medio fue encontrado en el lecho del río Balsas a la altura de la población de Mezcala, municipio de «Eduardo Neri».
Al ver el cuerpo casi desconocido, la esposa, Guzmán Ramírez, dijo que sin temor a equivocarse, lo identificaba como su esposo y lo reconocía por la dentadura ya que tenía algunas coronillas en sus dientes.
Asimismo dijo la ahora viuda, que los restos de su marido los trasladaría a su lugar de origen, para que le den cristiana sepultura.
Como se recordará este cuerpo en estado de putrefacción fue encontrado hace aproximadamente un mes y medio, y se presume que los delincuentes lo habrían levantado en algún punto de Chilpancingo, para luego torturarlo y finalmente aun con vida lo aventaron desde lo alto del puente «Solidaridad», cayendo en las aguas del río Balsas que después fue arrastrado y tras varios días pescadores lo encontraron en un recodo del cause.

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