COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

 Podríamos decir que esta pesadilla se acabará en cinco días, pero no es así desafortunadamente, y es triste decirlo, pues se vienen diversas reacciones tras el primero de julio, día en que se habrán de desatar los diablos.

La única ventaja es que se habrán acabado todas esas

promesas de inventar un mundo más bonito que el nuestro.

Se acabarán los inventores para las regaderas, se acabarán las expresiones triunfalistas, con los brazos en alto, la sonrisa hipócrita, y las axilas sudadas y malolientes.

Se van a acabar los placeos, las entrevistas del héroe de una revolución nonata, de un estallido social creado en la imaginación.

Hace poco alguien preguntaba sobre qué diputado había sido capaz de semejar el trabajo de uno que por ahora, interrumpió su periodo legislativo para tratar de ser alcalde, de acuerdo a la persona en referencia, no había más opción que ese que no se arrepiente de haber votado por los PPS, que al igual que sus pares, en un total de 46, levantaron la mano para ceder al capricho del poder.

Hay quienes presumen, por otro lado, que la fuerza de su cacique, es inmejorable, sin importar que les haya puesto a un candidato de última hora, para obligar a su voto duro, en base de su estructura, a hacer el trabajo a favor de alguien que en copia al que quiere ser senador, habla con altisonancias y majaderías y se lo festejan.

La experiencia en este tramo nos habla de partidos que nunca terminaron de acomodarse, que enviaron candidatos que se encargaron de salirse sin muchas vueltas al sentirse utilizados.

Por allá nos dejaron escuchar la creación de la energía alternativa, como la eólica, que al parecer sacaron en esa interminable práctica de las ocurrencias, de una revista como Quo, Muy interesante, o hasta Tvynovelas.

Mucho se habló de reactivación económica, se asustó del empobrecimiento cabalgante, de cobrar la mitad de su sueldo, o de buscar correr a todos los diputados plurinominales.

En este recuento del daño mental a la gente, nos topamos con un sinnúmero de actos carnavalescos, reallity shows, y hasta telenovelas, donde el pueblo en su papel ingrato de ser el receptáculo de todos los ánimos, se revolvió como chapulín en comal.

Candidatos que sostenidos en sus padrinos, buscan el voto popular a pesar de estar inhabilitados por instancias gubernamentales sancionadoras, que engañan al pueblo y que a pesar de haber dejado un mal sabor de boca por su falta de trabajo en su primer oportunidad.

 Y que bueno, dejó muertos entre políticos e inocentes. Se acaba todo eso, de cierto, pero hay que prepararse para las secuelas de la jornada electoral, que no serán suaves ni mucho menos, habrá impugnaciones, y las instancias electorales, a moverse al ritmo utilitario.

Van a caer varios triunfos, se verán escándalos, y por si no fuera poco con todo el desorden vivido, la violación a eso que llaman voluntad popular.

Tierra Caliente estará en la mira de todo mundo, o sin ser pretencioso habrá que decir que muchos ojos estarán atentos de lo que acá suceda, donde el poder figueroista parece diluirse, donde se cuela la inquietud de una gente que se rebela a las imposiciones y caprichos de los políticos que toda la vida han comido con manteca, o dicho de otra manera, no han cometido el error de vivir fuera del presupuesto. Hay que estar pendientes.

Lo que en este tramo proselitista se vio, fue la viva expresión de la ocurrencia, lo que se vino a la mente, sin estudio de por medio, sin ganas de trabajar de manera profesional, es decir, un proyecto que hablara a detalle de lo que necesitaba cada colonia y hasta cada calle.

Que hablara la solución de cada sector y cada comunidad, cada área y cada reglón.

Algunos se divirtieron con esta escena peliculesca, la gente también obtuvo un momento de esparcimiento en estas campañas histriónicas, que van a pasar a la historia, y que al ser tan abundante por los miles de candidatos, otro poco y el mundo se les convertía en su boletinote.

Pues bueno, también un día más y se acaba esta campaña de la ignominia, por ahora hay que cerrar la página de este libraco que dicen se llama democracia.