COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

Semanas atrás nos enteramos que alguna autoridad anda promoviendo en los municipios de la entidad suriana la creación de un Himno al Estado de Guerrero, suponiendo tal vez que no existe y, «hay que crearlo».

No es extraño para nadie que cada administración de gobierno municipal o estatal traiga un grupo de colaboradores de entre los que casi nunca, por no decir jamás, dan el perfil profesional para ocupar un cargo y desempeñarlo con rigor.

Llegan hermanos, tíos, parientes, compadres, segundos frentes, etcétera «para que se ayuden» y ese es uno de los motivos por los que un estado como el nuestro está en el último lugar de entre todos los del país. Lo que nos distingue es el abandono en todo. El importamadrizmo, pues.

Esta vez seguramente llegó un «iluminado» al cargo desde donde se puede «crear un himno» y para más o menos aparentar que allí, en esa oficina de gobierno sí se trabaja, se anda moviendo el agua para hacer un concurso del cual salga el himno y se ensarte como otro símbolo suriano.

Craso error. El Himno al Estado de Guerrero ya existe, lo escribió el compositor guerrerense José Agustín Ramírez hace muchos años. No se conoce tanto como el «Himno a Guerrero» que sigue vigente. El «Himno al Estado de Guerrero» se localiza en los archivos de la Banda de Música del Gobierno del Estado y jamás se toca. La Filarmónica de Acapulco, menos.

Cierta ocasión el estimado Profesor Carlos Herrera Fonseca (qepd), ejemplar deportista, maestro de Educación Física y gran amigo nos hizo el gran favor de obsequiarnos copia de la letra del «Himno al Estado de Guerrero».

Explicó que cada entidad federativa cuenta con su himno, Guerrero no es la excepción. A pesar de que desde hace por lo menos 80 años se cuenta con el himno que se entonaba en las ceremonias cívicas y en las escuelas poco a poco se fue suprimiendo y hoy está totalmente olvidado.

Y dice así:

Himno al Estado de Guerrero

Autor: José Agustín Ramírez

Estado de Guerrero,

brava tierra suriana

de heroicos paladines

de noble corazón,

tu mar y tus montañas

son bellas y sublimes

y en su grandeza eterna

rivalizan de azul.

(Estrofa)

Tierra donde nacieron

los Bravo y Guerrero,

en donde el medio canta

pidiendo redención,

ayer el treinta a treinta

en sus brazos morenos

hoy abriendo los surcos

bajo el glorioso sol.

(Coro)

Que tus tierras no sean

de hoy en adelante

la muralla que obstruya

la idea de educación;

que sus sinuosos brazos

estrechen fuertemente

la obra luminosa

de la revolución.

　(Estrofa)

Y así siempre adelante,

Estado de Guerrero,

tú serás el lucero

de mi bella nación,

honrando la memoria

del gran Altamirano

y la sombra lejana

de Juan Ruiz de Alarcón.

Es posible que si un grupo de estudiosos en materia poética y musical se ponen de acuerdo, la obra compuesta por don José Agustín Ramírez pudiera actualizarse como también es posible que se dejara como dicta el original.

Uno se pregunta y se contesta: ¿Por qué no se investiga y se sacan a luz pública todos los tesoros culturales que tiene el estado de Guerrero como el aquí comentado?

Seguramente porque preparar un evento para «la creación del Himno al Estado de Guerrero» procura la manera de «sacar dinerito» para los «organizadores» del tal concurso.

Ignoro cuánto gana mensualmente un funcionario encargado de las funciones culturales del gobierno estatal o municipal, pero no creo que les paguen con guajes, totopos, tamales o ramos de toronjil. La verdad es que están muy lejos de desquitar el sueldo que el pueblo les paga puntualmente.

De paso diremos que el gran compositor José Agustín Ramírez es uno de los personajes más valiosos del estado de Guerrero pero que en cada uno de sus aniversarios luctuosos (él murió el 12 de septiembre de 1957 en la ciudad de México) ni por accidente se hace presente en las ceremonias que se le dedican el gobernador del estado, ni el coordinador del Congreso ni ninguna otra autoridad. Si acaso mandan «representantes».

Urge que las altas autoridades estatales tomen en serio su papel y coloquen en los puestos culturales a personas que le sean útiles a la entidad, porque «los cuates», ya se ve, no dan resultado.

- -