jueves, 19 de julio de 2012

COLUMNA

Jóvenes universitarios

Apolinar Castrejón Marino


Un saludo a todos los jóvenes que se encuentran de vacaciones, y a los que no, también. También un saludo a los jóvenes del movimiento #Yo Soy 132, y a los que no lo son, también.
A propósito, nos encontramos un viejo archivo en que se retrata el viejo dilema de la llamada «brecha generacional» o como dicen los jóvenes, la lucha entre los «rucos» y los «chavos». H´ay va.
Una joven universitaria que cursaba el último año de sus estudios pensaba que era de izquierda y, como tal, estaba a favor de una mejor distribución de la riqueza.
Su padre, era un empresario exitoso y como suele ser frecuente en el medio universitario, la chica tenía vergüenza de él porque sus compañeros y sus profesores alguna vez le habían asegurado que su papá tenía una filosofía equivocada.
Él era de derecha y no lo ocultaba, y tampoco ocultaba que estaba en contra de los programas asistencialistas. Esto ocasionaba cierto disgusto de la chica, y un día decidió confrontarlo.
Inició el debate hablándole del materialismo histórico y de la dialéctica de Carlos Marx tratando de hacerle ver cuán equivocado estaba al defender el sistema capitalista, que es tan injusto.
El señor no era nada ignorante, y esos discursos tampoco eran nuevos, más como también era muy prudente aparentó desviar la discusión con otro tema insignificante.
Le preguntó a su hija con toda naturalidad:
-¿Cómo van tus estudios? Un tanto insegura, le respondió.
-Van bien. Tengo promedio de 9, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, por que como sabes, casi no salgo. En consecuencia no tengo novio y solo duermo cinco horas al día, pero espero graduarme en poco tiempo.
Entonces el padre le hizo pregunta:
-Y a tu amiga Melisa, ¿Cómo le va? La hija respondió de inmediato.
-Bastante mal, Meli apenas tiene 5 de promedio. Ni siquiera alcanzará el 6 para aprobar. Es que se pasea mucho, estudia lo mínimo, y falta bastante. Se va a bailar cada fin de semana y no hay fiesta en que no esté presente... no creo que se reciba este año.
Entonces, el padre la miró fijamente a los ojos y le dijo con toda la intención:
- Entonces habla con tus profesores y pídeles que le transfieran 2.5 de los 9 puntos. Esta sería una buena y equitativa distribución de sus calificaciones y así las dos tendrían 6.5, y se graduarían juntas.
Indignada, la chica le respondió casi en un grito:
- ¿Estás borracho? ¡Me rompo la madre para tener 9 de promedio! ¿Te parece justo que todo mi esfuerzo se lo pasen a una vaga, que no se esfuerza por estudiar? Aunque sea mi mejor amiga ¡No pienso regalarle mi trabajo!
Entonces el padre la abrazó cariñosamente y le dijo: ¡Bienvenida a la derecha!
Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno.
Este mensaje tiene como origen el pensamiento de A. Rogers, quien sostiene que todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo. La riqueza es algo que no se puede multiplicar dividiéndola, y el gobierno no puede entregar nada a alguien, sin que no se lo haya quitado a otra persona.
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, es el fin de cualquier Nación.

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