COLUMNA

Entre la verdad y la ficción


 Jorge Luis Falcón Arévalo

ATOYAC, EN LA INGOBERNABILIDAD Ni fertilizante, ni salarios. Nula atención a la seguridad pública y demanda social; menos al saneamiento básico y muy lejano el servicio que por Ley debe otorgar la propia comuna a los gobernantes.

Desde hace dos meses, antes y después del proceso electoral próximo pasado en Guerrero; pero propiamente en Atoyac se carece -aunque exista es virtual- de una autoridad gubernamental para otorgar que por esa misma Ley que le confiere, los servicios de gobierno a una sociedad que exige solución a demandas que quedaron en la penumbra de alguien que solo sabe timar y embaucar; pero que de responsabilidad sabe lo mismo que el director de saneamiento básico de ética y moral.
Tenemos una municipalidad degrada en todo; pero lo ilógico de esto es que la ausencia de gobierno -aunque se sabe está depositada en manos de funcionarios de menor escala de mando y capacidad- la autoridad federal y estatal, su parsimonia degrada aún más la calidad de vida de los atoyaquenses.
El caso patético de hoy, es que a fuerza y violencia sacaron los camiones de recolección de basura, pese a que los trabajadores que exigen su pago salarial de hace tres quincenas, ningún miembro del cabildo o regidores a cumplido con su responsabilidad de hacer frente a esta deleznable situación en que ha privado Bello Gómez la municipalidad.
En esa maniobra de unidades a punto estuvieron de atropellar a tres empleadas de esa oficina de limpieza.
Otra muestra de la ineptitud, en la calle Aquiles Serdán, existe una coladera, que expele aguas contaminadas con heces fecales, que desde hace tres días mantiene escurrimiento continuo afectando a diversos negocios y casa habitación, no obstante a los cientos de peatones que por allí transitan, siendo esta una de las calles de mayor tráfico vehicular.

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