viernes, 23 de noviembre de 2012

ARTICULO


Sin conciencia

 Floriberto González González.
Florgogo56@gmail.com 
Noviembre 2012

 Un colega subió a su face la siguiente frase: «La mayoría de los psicópatas no son asesinos. Están en la política o en los negocios. Si no hubiera estudiado a los psicópatas en prisión, lo hubiera hecho en la bolsa de valores». Robert D. Hare -Sin conciencia, El inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean-. Me llamó la atención y busqué el libro «Sin conciencia» en la red y lo leí de una sentada.

El autor relata en términos llanos y con un lenguaje accesible para todo mundo, su experiencia con los psicópatas durante veinticinco años. Su excelente relato nos lleva desde el contratista que entretenía niños haciéndola de payaso y asesinó a treinta y dos jóvenes y enterró los cuerpos debajo de su casa; o el estafador internacional, jugador, traficante, y asesino que dejó tras de sí billeteras vacías, mujeres engañadas, turistas drogados y cuerpos sin vida; el médico que asesina a su mujer y a sus dos hijos; el adorador de satán que se describía a sí mismo como diabólico; o la mujer que disparó a sus dos hijos para atraer a un hombre que no le gustaban los niños; el experto manipulador que es especialista en timar millonarios, hasta el par de jovencitos que graban la tortura y asesinato de un adolescente (esto último ya es parte de nuestra cotidianidad en el país). No deja de lado los casos extremos del sádico sexual que mutila y se come a sus victimas, o del que las despellejaba y desmembraba.
Aquí cabría preguntarse, ¿todos los psicópatas son asesinos? No. La mayoría pasan desapercibidos, o mejor dicho, no prestamos demasiada atención a su conducta, ya sea del vecino que miente reiteradamente, el familiar que estafa a la familia, el marido que manipula y engaña, el hijo o hija que se dice incomprendida, el gurú que somete a sus caprichos a sus seguidores, el político, maestro, compañero de trabajo, etc., que caen en este cuadro. Si no nos damos cuenta de ello, estamos destinados a ser sus víctimas como individuos y como sociedad. Son tan hábiles, que es muy recurrente escuchar a sus víctimas decir: ¿Pero cómo es posible que no me di cuenta? Todos ellos tienen como característica una profunda incapacidad para preocuparse por el dolor y el sufrimiento ajeno, y disfrutar cuando lo producen. Obtienen lo que quieren a costa de lo que sea, y si es del dolor ajeno mejor.
El autor nos previene si nuestra sociedad actual no está produciendo psicópatas en masa, o si estamos gobernados por psicópatas de todos los niveles y en todos los niveles. Excelente libro para hacerse un auto análisis, y para tomar las debidas precauciones de la gente que nos rodea. Principalmente, diría yo, a la hora de elegir. El libro se puede bajar de la RED.

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