miércoles, 7 de noviembre de 2012

COLUMNA


La Jaula de Dios


Jesús Pintor Alegre

 Negra la suerte de los estadounidenses, sin duda, pues finalmente, las elecciones celebradas ayer por la noche, las ganó Barack Obama, y pues bueno, la Casa Blanca, la residencia oficial del mandatario de la nación más poderosa del mundo, será lo único blanco de ese país que aún tiene un gran sector racista y discriminatorio, y que sigue sin superar este sentimiento.

Un lugar, Estados Unidos, donde el hermano hispano es el primer enemigo del hispano, donde el mexicano bigotón llama indio a su compatriota, donde es el obstáculo que rechaza y reniega de sus raíces pues ya está en suelo gringo, algo que debe suponer el Cielo, o de menos, el Paraíso, con tantas evas y tantos adanes, que son suficientes para hacer su propis Sodoma.
Eran ya las 9 de la noche de ayer cuando a pesar de todo, pero de cierto, de todo, aún no se cantaba la victoria de Barack Obama, quien seguirá comiendo como un sultán, un césar, un rey, y un papa, juntos, así, en esos tonos que se expresan. Lo que aquí sucede es como para reírse, pues en México, desde el mediodía de la jornada electoral ya se sabía que el ganador del circo electorero, era Enrique Peña Nieto.
No cabe duda que en Estados Unidos les hace falta su IFE, o mejor que eso, deberían llevarse a la estructura de este instituto, junto con sus consejeros, o bueno, de menos, deberían pedirles unas clasesitas de cómo hacerle para no andar haciéndole al ensarapado, de cómo no ver un fraude, de cómo disfrazar con trucos jurídicos, un delito electoral, en fin, de toda esta maravilla con que nos ha acostumbrado. Y de paso, que se lleven a las encuestadoras.
Ganó Barack Obama, pues bueno, ya Enrique Peña Nieto lo hizo su amigo, y será a quien le irá a plantearle su proyecto de rescatar a Europa, y de conquistarla, para hacerla colonia gringa, con su respectiva tajada de pastel para el genial copete, que yendo de gira por los países del mundo, se siente el presidente de Estados Unidos, pues de acuerdo a los mapas, el país es desde Belice hasta las inmediaciones de Canadá.
Y bueno, si hay una frontera donde los agentes migratorios no permiten la entrada de los connacionales, debe ser porque son benevolentes ya que al ser llamada la frontera de la tortilla, debe ser porque allí la venden o toda la frontera está construida de masa de maíz, y pues bueno, los mexicanos entonces pueden alimentarse de ella, y si se duda de esta teoría, hay que recurrir a la enciclopedia de san Copete, discípulo de Jesús el Matancero.
Sería interesante conocer la opinión de nuestros legisladores sobre la reelección del presidente, qué tanto beneficia o perjudica, por dónde hay que darle o por dónde hay que detenerse, se sabe que las reformas están allí, en la mesa camaral, y el impacto habrá de darse sin duda. ¿Conviene ahora la reforma laboral, por ejemplo?, ¿hay que ir por la productividad y el desarrollo empresarial?
Allí la tarea, ya que este triunfo, el de Obama, no se quedará o no dejará en el mismo nivel de las aguas, dicho en figura retórica, en esta nación donde tenemos de todo: una reina de corazones, un conejo distraído, y un gato burlón, a los lados, el sombrerero, la rata loca, los hongos alucinantes, y los soldados de cartón. Nuestro país de las maravillas, en la que no debe faltar, bajo ningún motivo, este estado tan precioso que gobierna el hijo predilecto del Bello Nido.
Allí el asunto, allí el dolor o la alegría, dependiendo de quién lo diga o quién lo sienta, con o sin priistas trenzados en su propio reallity show, donde nuestra catrina Laura Bozo puede ser cualquiera, o la frondosa Rocío Sánchez Azuara, quien asegura que hace periodismo del chisme mismo. Allí su dios y su diablo.
Un asunto del que los amarillos no pueden sustraerse, así está, allí, con las alegrías contenidas o el enfado desbordado. Ganó Obama, negra la suerte, de cierto. 

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