COLUMNA

Año nuevo y gobierno idem

Apolinar Castrejón Marino

 ¿Usted espera algún cambio o beneficio para el próximo año? Igual ¿espera algún cambio o beneficio con el «nuevo gobierno» de Nieto? Pues no es por «aguarle» el espíritu navideño, pero nada nuevo parece que vaya a ocurrir.

Primero, porque en realidad los años son iguales, con solo muy ligeras variaciones. Y segundo, porque Nieto es un consumado mentiroso y falsario; un demagogo.

Para este siglo XXI debería estar superado completamente el pensamiento mágico que caracterizó a las sociedades que no contaban con televisión vía satélite, ni computadoras, ni Internet.

Pero aún se demasiadas las personas que basan su pensamiento en la fe, las tradiciones y la superstición. Y son estas debilidades de su pensamiento, las que deciden sus acciones.

A pesar de ello, un año solo es una división cronológica. Cada año es igual al otro, con solo muy ligeras variaciones, que no tienen la capacidad de afectar las acciones de las personas individuales. Un cataclismo por ejemplo o una sequía, afectan a la sociedad en conjunto.

La superstición es un componente muy importante del pensamiento mágico, y debido a ella, la gente hace cosas extrañas: Por ejemplo, se coloca pulseras y dijes que cree, le traen suerte. Por el contrario, algunas personas están convencidas que los gatos negros atraen las mala suerte.

En esta época, algunas personas supersticiosas se ponen calzones rojos para atraer el amor y calzones amarillos para atraer la fortuna, La noche del año nuevo salen a la calle con sus maletas creyendo que esto les ocasionará que viajen durante el año ¿Ridículo, no?

Por cuanto hace a Nieto, diremos que es una lástima que muchas gentes hayan votado por él, creyendo que su gobierno traería beneficios tangibles. Y todo empezó mal desde sus primeras acciones en vísperas de tomar el poder. 

Cuando presentó a su «equipo de transición» los mexicanos vieron a una banda de dinosaurios, a los «cuates» del mandamás, y uno que otro «colado». Para tranquilizar nuestros ánimos, dijo que estos no serían miembros de su gabinete y que solo tendrían tareas temporales.

Nieto ya tenía sus planes, pero no le importó mentir, guiándose por las enseñanzas de Maquiavelo: Un rey poderoso, no tiene obligación de cumplir sus promesas a los insignificantes vasallos. Y todos tenían ya su puesto asegurado. ¡Cómo se estarían riendo del engaño a toda la nación! Imagínese a la Chayo Robles pelando sus dientotes frente  a Claudia Ruiz enseñando sus dientitos bien cuidados.

Quizá para estas alturas, usted ya sea haya convencido que el juego del poder implica la complicidad, el amiguismo y los pactos personales. Las declaraciones que se refieren al bienestar de la sociedad, a los intereses de la patria y a las acciones desinteresadas «más allá de los colores partidistas», son solo discursos para engañar a quienes aún creen en los Reyes Magos.

Pero todavía hay algo peor, esos políticos rancheros quienes creen que todos somos unos payos que se conforma usted cuando le dice que es su amigo, y le da la mano y hasta lo abraza. No es por quitarle la ilusión pero está visto que dentro de su cabeza está diciendo: «ojednep».