martes, 26 de febrero de 2013

BOLETIN


 JMG:Diálogo y concordia
para transformar  Guerrero 

 IGUALA, GRO.—El presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jesús Martínez Garnelo, instó a los guerrerenses a anteponer el diálogo, el acuerdo, la concordia y la unidad, sobre cualquier interés mezquino, para lograr transformar y mejorar sustancialmente las condiciones de vida de nuestra querida tierra suriana y de nuestro país, durante su discurso como orador oficial en la ceremonia con motivo del 192 Aniversario del Día de la Bandera y de la Proclamación del Plan de Iguala.

Previo al tradicional desfile cívico-militar en esta ciudad, autoridades militares y de los tres órdenes de gobierno, encabezaron el acto celebrado en  el cerro del Tehuehue, donde se izó a toda asta nuestro Lábaro Patrio, abanderando a demás a escoltas de instituciones educativas, con la asistencia de la subsecretaria de Población, Asuntos Migratorios y Religiosos, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, en representación del presidente de la República Enrique Peña Nieto; del  secretario de gobierno, Humberto Salgado Gómez, representante del gobernador Ángel Aguirre Rivero, el presidente municipal, José Luis Abarca Velázquez; el comandante de la 35 Zona Militar, general Juan Manuel Rico Gámez y el senador Sofío Ramírez Hernández.
Luego de la ofrenda floral y la guardia de honor que representantes gubernamentales y militares, realizaron en el monumento de la Bandera, dio paso el pronunciamiento del discurso oficial, donde el titular del Poder Judicial de Guerrero, invitó a los presentes a «recordar y reflexionar sobre la trascendencia e importancia que para nosotros como mexicanos y guerrerenses tienen la Bandera Nacional y el Plan de Iguala; debe también llevarnos a trabajar unidos, anteponiendo el bien común de todos los habitantes de Guerrero ante cualquier interés privado o de grupo persuadidos que sólo juntos¸ todos juntos, podemos darle un nuevo rostro a Guerrero; un rostro más justo, más democrático, más institucional, en paz y en armonía».
Por ello, «ante la situación tan compleja que se vive actualmente en nuestro amado México, la unión y el trabajo conjunto de todos los guerrerenses –liderado por la visión, compromiso, esfuerzo y acción del gobernador Ángel Aguirre Rivero, que junto al esfuerzo y dedicación del presidente  de la República Enrique Peña Nieto, son y serán las divisas que nos lleven a superar cualquier dificultad a hacer prevalecer el interés superior de nuestro pueblo; pues en este histórico acto, sintetiza la descripción emotiva y llena de sensibilidad de nuestra enseña nacional, lo que en sí representa y es el resultado de la evolución y lucha que ha sostenido nuestro país en diferentes épocas para alcanzar su pleno desarrollo como nación».
Martínez Garnelo, destacó el simbolismo que enarbola nuestra Enseña Patria: «La bandera nacional simboliza la patria misma; es el símbolo de identidad más importante que tenemos los mexicanos. A cualquier parte del mundo que va alguno de nuestros connacionales y ve nuestro hermoso, magnífico e inigualable lábaro patrio con los tres colores, verde, blanco y rojo, y al centro el águila devorando a una serpiente sobre un nopal, siente una enorme emoción y de inmediato viene a su corazón y a su mente el recuerdo y añoranza de nuestra querida patria mexicana.
El origen de la bandera nacional se remonta a los albores de la consumación de la independencia de México, con la conformación del Ejército Trigarante o de las Tres Garantías, el cual enarbolaba como garantías, la religión católica como única, la independencia de nuestro país de España y la unión entre los bandos en pie de lucha. Fue Agustín de Iturbide quien pidió confeccionar al sastre José Magdaleno Ocampo el primer lábaro patrio, teniendo como colores el blanco, el verde y el rojo, mismos que significaban, en ese orden, la religión, la independencia y la unión entre americanos y europeos.
Ante asistentes que aguardaban el arranque del desfile y el presídium –conformado también por el diputado local Roger Arellano Sotelo; la secretaria de educación estatal, Silvia Romero Suárez y el titular de salud, Lázaro Mazón Alonso- el orador recordó que con el paso del tiempo, ese significado, y el contenido o conformación de la bandera misma, ha cambiado a lo largo de las diferentes épocas y etapas de nuestro país como nación independiente. Pues mientras en la época del presidente y benemérito de las Américas, Benito Juárez, el verde significó esperanza, el blanco unidad y el rojo la sangre de los héroes nacionales, la estructura varió desde aquella primera bandera tricolor con una corona que significaba el imperio, hasta el actual lienzo nacional con el magnífico escudo que todos nosotros conocemos».
El escudo nacional, con el águila devorando a una serpiente sobre un nopal, rememora el acto fundacional de nuestra nación por parte del pueblo mexica o azteca, por lo que debe tener para nosotros también un alto significado de identidad y fortaleza».
 Mencionó que el águila real es en la cultura azteca el símbolo de identidad más importante, destacando la grandeza, valor, autosuficiencia, independencia y poder de ese pueblo guerrero; en la actualidad, la posición de combate del águila simboliza la disponibilidad del pueblo mexicano para enfrentar los retos que la vida le presenta. La serpiente representa lo terrestre, lo bajo, lo material, superficial y efímero. 
«Esta bandera, fruto del diálogo, el acuerdo y la unidad de quienes anhelaban y buscaban la independencia de México, debe ser precisamente eso para nosotros los guerrerenses en estos tiempos actuales de profunda complejidad; el diálogo, el acuerdo, la concordia, la bienaventuranza y la unidad, es lo que debemos anteponer ante cualquier interés mezquino para lograr transformar y mejorar sustancialmente las condiciones de vida de nuestra querida tierra suriana y de nuestro país». 
El también presidente del Consejo de la Judicatura Estatal, se refirió al Plan de Iguala –de 1821- definiéndolo como uno de los acontecimientos históricos más importantes para la consumación de la Independencia. El Plan que revitalizó en varios aspectos, el espíritu emancipador de nuestra Nación al conjuntar la voluntad e intereses diversos en torno a un solo interés: La Independencia de México, la cual habría de consumarse casi nueve meses después. 
Los fines que perseguía el Plan de Iguala eran lograr la unión, la fraternidad, orden y quietud interior de la naciente nación, en resumen, la felicidad común, en un entorno de paz; pues la semilla de la libertad había sido sembrada y sus frutos pronto surgieron para comenzar a recorrer el camino, no poco tortuoso, del México independiente.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia, concluyó citando «el alto significado de nuestro Lábaro Patrio –emblema nacional que nos identifica, distingue y unifica, representa la grandeza de nuestra historia desde la cultura o derecho procuauhtémico que nos dio el impulso para mejorar nuestro futuro, y sentido de pertenencia a esta hermosa Nación mexicana– hasta el día de hoy, dejando el profundo legado de unidad a todos nosotros por el Plan de Iguala para tener un México libre, independiente y feliz».
Ambos acontecimientos históricos suscitados en estas tierras hace exactamente 192 años, dijo deben hacernos recordar estos importantes hechos con orgullo, pero también con el compromiso de asumir con responsabilidad el deber que cada uno de nosotros tiene para construir un mejor Estado y una mejor Nación. 

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