lunes, 27 de mayo de 2013

COLUMNA


Cosmos


Hector Contreras Organista

 La voz de Miguel Ángel Zapata Vázquez fue la primera que salió al aire en la primera estación de radio en Chilpancingo, la XELI.
Esto ocurrió algún día del mes de marzo de 1961, por la mañana.
Sucedió así porque con un grupo de colaboradores don Hermilo Castorena Noriega, gerente de la naciente emisora se dio a la tarea de encender el equipo de transmisión para hacer pruebas en unos aparatos así de grandes que se colocaron por parte de los concesionarios en un espacio no muy amplio de la pequeña caseta que construyó el arquitecto Nabor Ojeda Aguayo.

El edificio constaba al frente con tres espacios, el primero fue seleccionado como discoteca, el de en medio como cabina y el de la derecha como recibidor.
En la parte posterior hubo el dormitorio del velador, enseguida el baño, luego otro cubículo como bodega y el espacio de la izquierda para la colocación de los transmisores.
Ignoramos porqué se eligió el 26 de mayo de 1961 para la salida al aire de la emisora. 
Después de un par de meses de pruebas a base de ir  programando música y proporcionando la hora e identificando a la nueva estación de radio por sus siglas, la XELI surcó las ondas hertzianas y llegó a los radio receptores de los hogares chilpancingueños y de poblaciones vecinas.
Mil watts de potencia, y para sintonizarse había que buscar los mil 580 kilociclos.
Las primeras transmisiones se hicieron de las 7 de la mañana a las 11 de la noche. Al paso de los meses se cambió el horario. La emisora salía al aire a las 6 de la mañana y finalizaba sus transmisiones a las 10 de la noche.
Sus primeros programas fueron “Despertar Suriano”, que se comenzó a identificar como “El programa más mexicano a través de la estación más guerrerense” y a media mañana, complacencias. No había teléfono. Las peticiones de canciones se hacían por carta, al apartado postal 80 o bien la gente acudía a la estación que se localizó en el kilómetro 273 de la carretera México-Acapulco, es decir, fuera de la ciudad.
Don Hermilo transmitía a las dos de la tarde su programa “Música y Alegría”. Llegaba un poco antes de esa hora y a las 14 horas en punto soltaba al aire la melodía “El Cascabel”, popular son jarocho de su inolvidable Veracruz. El programa duraba una hora.
A las 16 horas se oía “Atardecer Musical”, con música instrumental. A las 7 de la noche “Festival de la Música Moderna”, idea del profesor y locutor Sergio Partearroyo Baranda, y para cerrar transmisiones se programó “Canciones en la Noche”. Música romántica.
La discoteca no contaba con mucho material, pero el gerente tuvo cuidado de colocar en la funda de cada disco números progresivos, y a la vez, mandó hacer de madera unos tarjeteros con una varilla delgada que colocada en el extremo inferior de esos tarjeteros sujetaba cada tarjeta en la escribía el título de las melodías y el número del disco, por eso se localizaban con mucha facilidad, debido a que aparte del número seguían un orden alfabético.
De tal suerte que el disco número 1 de la discoteca de la XELI fue la canción “Matilda”. Si el locutor ignoraba el número del disco, en la letra “M” del tarjetero se encontraba de inmediato. Este sistema facilitó en los programas de complacencias que cuando alguien pedía cierta melodía, se le programara de inmediato.
Don Félix López, un hombre moreno, bajito de estatura y que había dejado atrás las tareas del campo fue el primer velador y primer discotecario de la XELI. El segundo fue Isidro Castañeda y el tercero, quien se quedó  por muchos años y sigue laborando como representante del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la televisión (STIRT) fue don Mario Parra Guerrero.
Miguel Ángel Zapata Vázquez, como hemos dicho, fue la primera voz al aire, y qué voz. En el mismo grupo de pioneros del micrófono estuvieron Sergio Partearroyo Baranda, el más diestro, entusiasta, dinámico y creativo quien al poco tiempo se fue de Chilpancingo para trabajar como maestro en el DF. 
Otro profesor, Teodoro Calixto Díaz, fue de los primeros locutores, los mismo que el también entonces normalista don  Antonio Bustos Yoteco (originario de Huitzuco); Francisco Meneses Téliz; don Jesús Romero Salas era el técnico de la emisora y tuvo a su cargo algunos programas musicales; el capitán piloto aviador Bernardo Camarillo Montes, de Puebla y quien volaba las avionetas de la empresa de Gómez Méndez y luego de don Elías Naime Némer.
La odontóloga Fabiola Acevedo Tena fue la primera voz femenina de la XELI. Y los más jóvenes Sergio Álvarez Calleja y quien esto escribe, todos, bajo la dirección de don Hrmilo Castorena Noriega quien a su vez era administrador en Chilpancingo de la oficina de Telégrafos Nacionales de México.
Fue, sin duda, la época más bonita en la actividad radiofónica local, por la sencilla razón de que todos estábamos en el aprendizaje de una novedosa actividad en Chilpancingo. Mucha gente acudía a la estación de radio a pedir canciones. Nos trasladábamos a bordo de los circunvalaciones que conducían “Chayo”, en un carro propiedad de don Samuel Montero y el otro, cuyo dueño fue don Chon Cuevas y que manejó Agapito… ¡Bajan, Agapito! Su ruta fue de la estatua Morelos, al norte de la población, hasta la gasolinera “Carreto”. De ahí nos íbamos caminando para llegar a la estación de radio.
Al paso del tiempo las aportaciones sociales, de diversión y de comunicación hechas por la XELI fueron muchas. Hubo programas espectaculares y transmisiones inolvidables. Programas de valioso contenido histórico y social. Y todo esto comenzó en Chilpancingo el 26 de mayo de 1961. Ayer se cumplieron 52 años y damos gracias al Creador que aún podemos recordar sus inicios.

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