jueves, 13 de junio de 2013

COLUMNA

Cosmos


Héctor ContrerasOrganista

Lamberto Alarcón Catalán
-Poeta Guerrerense- (Segunda Parte)


Lamberto Alarcón Catalán, desde muy pequeño salió de Chichihualco para radicar en la ciudad de Chilpancingo. Años después se trasladó a la capital del país para estudiar en la Escuela Nacional de Maestros. También estudió la carrera de Derecho sin haberla concluido.
Fue diputado local y diputado federal. Impartió la clase de Literatura en la Escuela Secundaria número 1 del Distrito Federal. Fue Jefe de Pulques en la capital del país, oficina que dependía de la Secretaría de Salubridad y Asistencia.

En 1941 regresó al estado de Guerrero como Oficial Mayor de Gobierno, en la administración del General Rafael Catalán Calvo, desempeñando gran actividad. En esa época apoyó para que se construyera la primera carretera a Chichihualco, que partía de Zumpango del Río, contando para ello con el apoyo del gobernador y del presidente municipal de Chichihualco, don Santiago Visoso.
Antes, en 1938 escribió su poema: “Al Laurel del templo de Chilpancingo”. Coordinó la primera Antología de Poetas Guerrerenses, que patrocinó el gobierno del estado. Escribió, entre otras obras: Visión de Esquíes, Pebetero, Vuelves a mí y Cumbre Encendida, poesías que fueron publicadas en el libro “Jardín de la Poesía Mexicana”, de don Agustín Velázquez Chávez, libro en que el periodista coahuilense, José León Robles de la Torre, le hace un importante reconocimiento, homenaje que es la continuación de una sentida amistad con el poeta guerrerense y que don José León Robles de la Torre manifiesta en un artículo periodístico: “El Laurel de la iglesia de Chilpancingo llora la ausencia de don Lamberto Alarcón Catalán”, publicado en el periódico La Opinión/Diario de los Laguneros (página 6-A), de Torreón, Coahuila, el viernes 13 de febrero de 1981, dos días después de la muerte del ilustre guerrerense.
Lamberto Alarcón Catalán contrajo nupcias por vez primera con la señorita Elena Margarita Pastrana, procreando tres hijos, uno de ellos, según versión de algunas amistades del poeta, murió en un accidente. Le sobreviven Fernando Enrique y Alba Margarita Alarcón Pastrana.
En segundas nupcias, en Ciudad Acuña, Coahuila, casó con la señorita Evangelina Lino Morales, con quien procreó dos hijas: Laura Patricia y Ana Maricela.
Con el anhelo de conseguir más información sobre la vida del poeta, logramos hablar por teléfono con su esposa, doña Evangelina Lino Morales. La señora, de manera muy amable y generosa explicó que el propio Lamberto tuvo que acudir al Registro Civil donde hubo de hacer un  nuevo trámite para su registro de nacimiento, ya que por la quema de archivos que se multiplicaron en la revolución, sus documentos se extraviaron.
Sobre este punto hacemos un paréntesis. Alguna ocasión, platicando con un ex director del Registro Civil en Guerrero, don Guillermo Villalva Ruiz (qepd), hombre de muy grata memoria, 
-chilapeño-chilpancingueño, y por añadidura el primer caricaturista que hubo en el estado de Guerrero-, comentó que el poeta y declamador de muy fina voz colaboró en el gobierno de don Rafael Catalán Calvo “pero Lamberto tenía otro nombre.  El gobernador Rafael Catalán Calvo le sugirió que se lo cambiara. Lo hizo, y tiempo después le preguntó: ¿Cómo te llamas ahora? El poeta respondió: Lamberto”.
Don Lamberto Alarcón Catalán cultivó muchas y muy valiosas amistades en los círculos sociales, culturales y políticos en los que se desenvolvió con mucha personalidad. Perteneció a un grupo de escritores entre los que se encontraban don Andrés Henestrosa, fue amigo personal de don Adolfo Ruiz Cortines y del licenciado Miguel Alemán Valdés, los dos ex presidentes de México “a quienes nunca molesto, y si alguna vez lo hizo fue para ayudar a algún amigo”. Esto fue ratificado por su amigo el periodista lagunero y poeta don José León Robles de la Torre.
Enfática, su esposa, doña Evangelina Lino Morales expresó: “Lamberto Alarcón fue una persona excelente, de las que en cien mil hay una”.
El brillante guerrerense fue jefe de la Aduana en Acapulco, desempeñó el cargo de secretario general de Gobierno de enero a septiembre de 1961, en el periodo gubernamental del licenciado Arturo Martínez Adame.
En 1963 llegó a Ciudad Acuña, Coahuila, como encargado de la Aduana. En 1967 fue enviado con el mismo cargo a Torreón, Coahuila, donde fue secretario del ayuntamiento en el periodo de don Francisco José Madero González, y también fue secretario del ayuntamiento en Ciudad Acuña. Un año después regresó a Ciudad Acuña, donde radicó hasta el día de su muerte.
Doña Evangelina comentó además que al tenerse noticias en el estado de Guerrero de que Lamberto estaba enfermo, el gobernador Rubén Figueroa Figueroa envió a Ciudad Acuña una comisión de funcionarios, también lo visitaron algunos diputados con la finalidad de que se le atendiera donde él eligiera, y si lo deseaba, fuera trasladado a Chilpancingo. El poeta agradeció y expresó: “Ya no tiene caso, porque los últimos años de mi vida los he vivido muy tranquilo en Acuña, y aquí quiero quedarme”.
Cuando sobrevino su muerte, a consecuencia de un Linfosarcoma Metastasic, su familia decidió que quedara sepultado en Acuña, habiendo grabado en su tumba un fragmento del poema que don Lamberto dedicó a esa ciudad fronteriza:
De la Mesopotamia de la Costa de Guerrero
vine a fincar mis raíces a esta Ciudad Acuña
leyéndose a continuación las fechas de su nacimiento y de su muerte:
17 de septiembre de 1905
11 de febrero de 1981
Está sepultado en el Panteón Particular “Jardines de la Luz”, en Ciudad Acuña. (Continuará).

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