8º PARLAMENTO INFANTIL

Legislador 43

Abolición de la esclavitud

El abuso de la fuerza para el trabajo rudo. El trabajo no remunerado. Las jornadas excediendo los límites que la naturaleza pueda tolerar. El pretexto de las supuestas “diferencias raciales” para explotar a los indefensos. La humillación tanto física como psicológica. La esclavitud.

Mi nombre es Jorge Aram Reyes Virto, soy alumno de la Escuela Primaria "Macrina Vázquez", perteneciente a la Zona Escolar No. 142 y represento al Sector Educativo No. XV, ubicado en la ciudad de Teloloapan, Gro., de la Región Norte, y juntos haremos un viaje a un pasaje importante de nuestra historia, la abolición de la esclavitud.

El pasado de un pueblo queda plasmado en su historia, la cual nos permite viajar en el tiempo en retroceso y si así lo queremos puede ser útil para no cometer los mismos errores.  

Con la conquista de México, por parte de los españoles, la dignidad de nuestros antepasados fue pisoteada, al punto que una sola bocanada de aire, un solo minuto de sosiego podría costarles la vida misma. Nuestro pueblo se había convertido en esclavo en su propia tierra. Sin derechos, sin retribuciones, sin poder siquiera levantar la mirada hacia el invasor porque sería retarlo.

Lo más ruin de la humanidad es que la esclavitud en el pasado no sólo fue justificada, sino también vista como una cuestión útil y necesaria. 

La situación se tornó insostenible; demasiadas generaciones habían sido lastimadas en su legitimidad como para no intentar salvarse. Ese fue uno de los primeros gritos de nuestro pueblo, un grito que culminaría con el de Dolores, aunque para esto aún faltaría revivir infinidad de escenas dolorosas.

No fue sino hasta 1810 que don Miguel Hidalgo y Costilla ordenó en Valladolid ponerlos en libertad. Después, el 6 de diciembre de ese mismo año, promulgó en Guadalajara un bando aboliendo la esclavitud. 

Posteriormente en 1813, el líder insurgente José María Morelos y Pavón,  instalado ya el Congreso de Chilpancingo y en uso de sus facultades como Jefe del Supremo Poder Ejecutivo, expidió el 5 de octubre de ese mismo año, un bando aboliendo la esclavitud en el que no solo mandaba liberar a los esclavos que aún hubiera en la Colonia, sino que les reconocía sus derechos políticos al señalar “… que los naturales que forman pueblos y repúblicas hagan sus elecciones libres…”

Aún cuando en enero de ese mismo año durante su estancia en Oaxaca, Morelos había decretado la abolición de las distinciones de origen étnico reafirmando la nacionalidad americana, disponiendo además que cesase el pago de los tributos; el derecho de propiedad para los americanos; el derecho al trabajo y la abolición de la esclavitud.

Estas proposiciones fueron retomadas por Morelos el 13 de Octubre de 1814, en sus Sentimientos de la Nación, al señalar “… Que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un americano de otro, el vicio y la virtud”.

Hoy, nuestra Constitución garantiza un gran espacio de libertad para cada individuo: todos podemos pensar, decir, oír, escribir o hacer lo que queramos siempre y cuando no dañe a terceros.

En el pasado estas formas de abuso se lograron abatir gracias a la suma de voluntades y de fuerzas que pugnaron por hacer de ésta una patria unida y libre, pero ¿es únicamente al cuerpo al que se le puede esclavizar? No. El pensamiento, la expresión y las creencias también pueden ser esclavos.  Hoy no son cadenas literales hoy necesitamos liberarnos de las cadenas de la pobreza, de la ignorancia, las adicciones;  la pregunta que surge es ¿cómo?, la respuesta es, mediante un gran impulso a la educación, la cultura, el deporte, estas son las herramientas que las nuevas generaciones necesitamos para ser mejores, sin ataduras y así disfrutar en plenitud de nuestra libertad.

Pido a  los presentes tener en cuenta que lo que mañana escriba la historia, hoy depende de nosotros. Gracias.