martes, 10 de septiembre de 2013

PRIMERA PLANA

Recorren Apango y Tixtla
militares artillados este día


Agustín Nava Escobar.-Por lo menos unas cincuenta unidades militares entre tanquetas y patrullas se trasladaron de Chilpancingo a los municipios de Tixtla y Mártir de Cuilapan (Apango) donde desde hace un mes se encuentran resguardados por elementos castrenses luego de quejas ciudadanas por la inseguridad., mientras el alcalde perredista tixtleco quitado de la pena iba llegando en una camioneta de lujo y dos unidades de agentes de seguridad a las oficinas del ayuntamiento.

Aunque también se habla que en estos días podría llegar a la entidad el presidente de la República Enrique Peña Nieto con motivo de las fiestas patrias o en su caso el secretario de Gobernación Chong Soto, lo cierto es que el comboy fue demasiado visible ante los automovilistas que viajaban de Tixtla a esta capital.
Por la mañana una sola patrulla hizo un recorrido de reconocimiento en Mártir de Cuilapan, apenas unos quince minutos duró en su inspección y se regresó hacia Tixtla donde está el destacamento improvisado a un costado de un aserradero donde tienen equipo sofisticado para combate.
Es más en la comunidad de Atliaca pertenecientes a Tixtla se encuentran por lo menos seis unidades militares desde hace dos semanas, y en Tixtla hace unos siete días hicieron un operativo con varios detenidos en un antro conocido como “Gato Negro” (a unos metros de su destacamento) y donde hubo varios detenidos y creando zozobra entre los asistentes que histéricos pedían clemencia.
Los militares en comboy pasaron por el entronque a Tixtla y se encaminaron a Atliaca y Apango, haciendo escala en la gasolinera de la entrada de Chilpancingo, su objetivo era e patrullaje de estos municipios de la parte baja de la Montaña.
José Guadalupe Rivera Ocampo alcalde perredista de Apango ni siquiera se dignó en estar al pendiente de la visita de Militares y coordinarse en las acciones, y una de sus tácticas es rehuir a los trabajos como lo hizo hace dos meses cuando en la Cruzada Contra el Hambre los militares hicieron trabajo social y le pesó al presidente invitarles por lo menos las aguas frescas.

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