lunes, 7 de octubre de 2013

NOTA ROJA

Temen el hundimiento
de Tlanipatlán, revelan

COCULA, GRO.--Habitantes de la comunidad de Tlanipatlán de este municipio estimaron que el hundimiento y deslizamiento de la tierra en su comunidad afectó aproximadamente dos hectáreas. En Tlanipatlán, por la evacuación de las familias no hay clases en el kínder, la primaria y la secundaria. 
Durante un recorrido en la zona del desastre realizado el sábado, se constató que el acceso carretero está en buenas condiciones. De la cabecera municipal de Cocula a Tlanipatlán son aproximadamente 30 minutos, se tienen que cruzar las comunidades de Atlixtac, Apipilulco y la Mohonera. 

En la carretera Cocula-Nuevo Balsas se aprecian algunos deslaves de tierra y piedra menores, ocasionados por las lluvias. Hasta el punto del desastre hay acceso en vehículo.
Cerca de las 10:30 de la mañana en el lugar del deslizamiento no había efectivos militares ni estatales resguardando la zona, el área sólo estaba a acordonada. Junto al desastre, en una casa aún de pie se encontraban algunas de las personas damnificadas, las cuales habían regresado a la comunidad para ver la magnitud de los daños y a recoger algunas pertenencias.
La dueña de la casa más afectada, Isabel Martínez Jiménez describió que no había visto la magnitud de los daños, ya que la noche del hundimiento y deslizamiento de tierra se había ido a la comunidad de Olea con sus cuatro hijos y sus suegros a la casa de sus padres, “hasta hoy estamos viendo los daños”.
La calle Adolfo López Mateos, de concreto hidráulico, se fracturó en varios pedazos en un tramo aproximado de 70 metros, se hundió unos cinco metros y tuvo un deslizamiento de cerca de cinco metros y se llevó el muro de contención que la sostenía.
La vivienda más afectada por este desastre quedó completamente destruida, tuvo fracturas en el piso de tierra en todo lo largo y con un ancho de centímetros. Las paredes de concreto de la casa tuvieron fracturas de más de 20 centímetros de ancho. Una pared de concreto se colapsó y cayó sobre una de las camas que estaban en la casa.
En el patio se aprecian grandes grietas, de más de cinco metros de largo y 40 centímetros de ancho. Estas grietas están en todas partes de la zona de desastre. En el perímetro del hundimiento hay unas cinco casas de adobe y concreto que sufrieron daños menores, pero también fueron desalojadas por las fracturas del suelo. La calle Morelos, la principal de la comunidad presentó agrietamientos, por lo que los pobladores temen un nuevo deslizamiento que pueda afectar a las casas ubicadas en las partes más altas.
“Tengo fé en dios, no creo que a todos nos castigue”, dijo el señor Bonifacio Villanueva Román de 80 años de edad, quien tiene 40 de vivir en Tlanipatlán. Antes dijo que él no abandonará su pueblo y aceptó, “yo también tengo miedo pero también tengo fe en dios que nos tiene que cuidar”.
Dijo que nunca había visto una situación como la ocurrida la noche del pasado 3 de octubre, cuando gran parte del pueblo se hundió. Describió que la principal actividad de los pobladores es el cultivo de maíz, básicamente para consumo propio y de sus animales de corral.
Habitantes del lugar describieron que un día antes de la tragedia estuvo lloviendo abundantemente y al siguiente día, el jueves 3 de octubre por la tarde hubo temblores y un fuerte ruido anunció el hundimiento y deslizamiento de la tierra.
Informaron que ahora en la comunidad sólo hay cinco familias que viven en la parte más alta y se niegan a abandonar sus casas.
Durante el recorrido, cerca del mediodía, varias familias empezaron a llegar en camionetas para recoger algunas pertenencias y llevárselas al refugio temporal, acudieron a darles de comer a sus gallinas, puercos, guajolotes, burros y vacas que tienen en los corrales de sus casas.
Germán Román Villalobos, quien vivía en la casa más afectada con su esposa Isabel Martínez Jiménez, sus padres y sus cuatro hijos, estimó un perímetro de afectación de dos hectáreas, tomando como referencia su propiedad. Román Villalobos se ha dedicado a la agricultura.
Oficialmente, Protección Civil del estado dijo que no se ha determinado el perímetro de la afectación porque hay lugares en los que la gente no se puede parar por el peligro que eso representa.
Las seis familias de las viviendas asentadas en la zona de mayor riesgo tendrán que se ser reubicadas en zonas más seguras de la comunidad tras un dictamen de ingenieros y geólogos.
Después del mediodía llegaron elementos de Protección Civil municipal y estatal, la Policía del Estado y un helicóptero del Ejército sobrevoló el área afectada.
A la comunidad llegó personal de la Secretaría de Salud estatal para encalar la zona y aplicar cloro a los depósitos de agua para evitar el brote de enfermedades. A unos 20 metros del hundimiento de tierra hay un escurrimiento de agua de un manantial de la parte superior. Según lugareños, en Tlanipatlán existen al menos cinco manantiales que en esta época del año tienen abundante agua.
Las cerca de 100 familias evacuadas continúan en el albergue temporal instalado en la secundaria técnica Mi Patria es Primero de la cabecera municipal.
El alcalde César Miguel Peñaloza Santana informó en el lugar del desastre que soldados del ejército estaban acondicionando el auditorio municipal que está a espaldas del Palacio Municipal para trasladar a los damnificados durante este domingo. Allí permanecerán, según estimaciones, durante 10 y 15 días en tanto pasa la contingencia (ANG).

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