COLUMNA

Sin Concesiones

Armando Patrón

 La reciente gira del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, a la ciudad de Tixtla, uno de los lugares emblemáticos de la tragedia  provocada por la tormenta tropical “Manuel” y el Huracán “Ingrid”, logró que el gobernador del estado Angel Aguirre Rivero, accediera a escuchar a los damnificados de Tixtla, sin que hasta el momento haya  compromiso alguno que les ayude a solucionar el problema que padecen.

El gobernador del estado se ha mostrado insensible ante los problemas que aquejan a la ciudadanía, no ha sido capaz o no ha querido solucionar los crecientes problemas de inseguridad, de desabasto de alimentos en las comunidades, de secuestros, extorsiones y de plantear propuestas para solucionar los problemas de los damnificados en el estado de Guerrero.

El exterminio de dirigentes sociales, otrora simpatizantes e impulsores de un proyecto diferente al Priismo y al panismo, es inadmisible dentro de un gobierno del Partido de la Revolución Democrática, porque fueron fundadores de esa institución, y ahora han sido asesinados sin que se haya hecho justicia.

La represión más brutal en contra de organizaciones sociales y el asesinato de líderes sociales, ha corrido dentro de un gobierno de izquierda, y para ello los líderes de izquierda incrustados en el Congreso Local, han guardado un silencio cómplice.

A los dirigentes del PRD no les importa lo que pasa en el estado de Guerrero, ven con beneplácito loa asesinatos de los dirigentes sociales, para ellos su problema económico ha sido resuelto con antelación, muchos de ellos perciben altos sueldos como asesores del gobernador del estado, otro trabajan en puestos medios o altos dentro del organigrama gubernamental.

La ciudadanía está a la deriva, el PRD ya no es un instrumento político que respalde y apoye sus diversas demandas sociales, ya no existe un instituto político capaz de alzar la voz para protestar por la creciente ola de asesinatos de líderes sociales.

Por ello, la mayor parte de la ciudadanía está afiliándose a Morena, como la única esperanza de4 un verdadero cambio. Pero a los líderes perredistas no les importa la destrucción de su partido. Su economía está resuelta. Que se truenen los de abajo.