PRIMERA PLANA

Con plantones FDP exige solución

 en la Casa Guerrero y Sedesol, hoy 

Irving Francisco Guerrero.--Luego de que han transcurrido 78 días de la tragedia que dejaron los meteoros “Ingrid” y la tormenta “Manuel”, y olvidados por los tres niveles de gobierno, hoy martes por la mañana unos 600 damnificados y miembros del Frente de Defensa Popular (FDP) se instalaron en plantón indefinido en la entrada de la residencia oficial de “Casa Guerrero” y  de las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Social federal para que fueran atendidos por su delegado  José Manuel Armenta Tello.

Familias que resultaron damnificadas por el par de fenómenos se manifestaron afuera de la residencia oficial Casa Guerrero y en la delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para exigir la entrega de tarjetas electrónicas de reposición de enseres domésticos.

Asimismo exigen los damnificados apoyos y obras por la devastación que dejaron las lluvias del mes patrio pasado, ya que a 78 días de lo ocurrido, ninguna autoridad los había regresado a ver, por ello es que decidieron movilizarse.

Una comisión de manifestantes que provienen de la región indígena de la montaña, Costa Chica y la Costa Grande,  están en una de las entradas de la residencia oficial de “Casa Guerrero” otras más en las puertas de Sedesol federal, exigiendo los apoyen en vivienda, caminos, pavimentación, proyectos productivos y obras sociales en general.

 Por la llegada de los manifestantes,  al parecer el delegado Armenta Tello habría ordenado a desalojar las instalaciones de la delegación de la Sedesol ubicadas en la calle “Belizario Domínguez” pero también supuestamente habría trascendido de una supuesta amenaza de bomba.

Hasta ese lugar llegaron elementos de la policía municipal, del estado y de tránsito, para corroborar ese trascendido, pero constataron que había sido todo falso.

Esperaban fueran atendidos por el delegado federal o alguno otro en su representación, por lo pronto se habían declarado en plantón indefinido en el exterior de la delegación, sentenciando de que no se movería hasta tener una respuesta.