miércoles, 8 de enero de 2014

ARTICULO

La maldición de Malinche; hay
 que hacer algo por Chilpancingo 

Isaías Alanís 

Mientras a finales del trece estallaron las campanas del nacionalismo vende patrias por los pupilos de Carlos Salinas, y de acuerdo al prurito de la maldición de Malinche, les abrieron las piernas por temor a los misiles de Wall Street, el Pentágono, el Fondo Monetario Internacional y una cofradía de los Illuminati que manejan el negocio del petróleo en el mundo. La cinematografía estuvo a cargo de boots inteligentes  y como estaba planeado por diputados y senadores, la reforma energética se signó por correo electrónico que los congresos sumisos firmaron de volada. Un clic bastó para que en cascada el reformón que pone a México de rodillas y a los políticos en los cuernos de la luna. La gallina de los huevos de petróleo pasó, como en los tiempos porfiristas a consorcios extranjeros. La soberanía se ha dado en concesión “ab aeterno” a los gringos y una nueva nación emerge de las cenizas petrolíferas de México-Tenochtitlan. La republica Mexiyork. No como la reservación ronera de Puerto Rico, sino una nueva entidad semejante a la Truequelandia de Mad Max donde los nativos serán los peones y los güeros y barbados los que manejen la economía con un saltimbanqui ebrio como presidente de Mexiyork.

Se encargarán de la limpieza étnica, porque serán anuladas las reservaciones y los indios de México serán llevados a marte y a la luna o serán escogidos para realizar experimentos de cruzas biogenéticas con monos araña y homínidos acuáticos que recientemente fueron descubiertos en las aguas profundas de Alaska por una expedición de National Geografic.
Y a este espacio de libre comercio donde el campo fue masacrado por Monsanto y los gobiernos panistas, será llamada la república de las oportunidades para el capital privado que inicia el año con un Michoacán en guerra, la reaparición de AMLO y la promesa de EPN de levantar el campo en medio de alzas a todo lo que se podía comprar.  
 HAY QUE HACER ALGO POR CHILPANCINGO
Recorrí la capital de Guerrero a pie, con chaleco antibalas y tapa bocas. Desde septiembre 13 del año pasado que no pisaba banquetas destrozadas, cañerías a flor de tierra, pozos de visita del drenaje bullendo como manantiales de detritus. A un costado del CEBETyS 134, a estribor de la Universidad en la calle que entronca a Lázaro Cárdenas.  En el carril de baja donde se incorpora uno a la autopista del sol. La caca brota con chilpancingueña alegría. Y la gente, indiferente camina, cruza a pie, en auto, en parejas. Veo a dos jóvenes besarse bajo el aroma a cuita sobre el puente que conducía al palacio de gobierno donde está colocado un mapa del estado de Guerrero. Los veo y no doy crédito, se vuelven a besar y la imagen del estado reposa sobre el encauzamiento sobre un manto de detitrus apestosos. No veo montañas, selvas cafetaleras, cañadas, ríos, costas, bosques de coníferas, sólo la pátina achocolatada de la cagada que asciende en forma de fantasma vivo y penetra mis sentidos y los de la pareja de enamorados que han desistido de besarse y corren hacia el auditorio Sentimientos de la Nación hasta donde llegan una ráfaga de majada que se posa sobre el dibujo de un tlacuilo de Olinalá y se planta ufana sobre la piel de un pilar. Y me pregunto: ¿Todo Guerrero es una gran caca apestosa a pozole rancio?
Recorrí el encauzamiento desde la estación de autobuses Estrella Blanca hasta el palacio de gobierno. Drenajes apestosos. Caca por todos lados. Los chilpancingueños viven en un universo de caca. Aguas turbias burbujean dóciles y la brisa que circula en la gran olla que es Chilpancingo, se lleva el aroma y las bacterias en un recorrido pertinaz, lento y fértil para todo tipo de enfermedades. Y la gente de Chilpancingo, los barrios bravos, los clubes de servicio, la iglesia católica, los jóvenes, comerciantes que fueron afectados, maestros, estudiantes universitarios, ¿qué hacen?
En otras ciudades han nacido organizaciones ciudadanas para exigirle a los tres niveles de gobierno que actúen y sumarse al esfuerzo. ¿Aquí qué pasa?
El encauzamiento, los Amates, Galeana y toda esa maraña de asentamientos mal planeados en la zona del “aeropuerto” y en las riveras de lo que fue el río Huacapa hasta la boca de la Presa cerrito Rico, donde construyeron una sub estación de luz. ¿Es penetrar en la realidad de Chilpancingo?
¿Dónde está el pundonor de los chilpancinguenses? Si esta catástrofe inducida por la mala planeación y sacada brutalmente a la luz por los meteoros hubiese sucedido en otra entidad, la gente ya se habría organizado. ¿Por qué aquí en la tierra de los Bravo, la gente es tan apática?
La verdad es que es deprimente recorrer esa parte del encauzamiento. Chorros de caca expulsan los drenajes de los cuarteles. Obreros de la construcción colocaron un morillo sobre un apantle donde fluye el canto sonoro de la caca. La gente lo cruza y no pasa nada. Nadie dice nada. ¿Vivimos en un país de caca reformista y cachonda?
Sólo lo sabremos cuando organizados, sociedad civil y gobierno, lleguemos a una conclusión y escoger el mejor destino del encauzamiento del Huacapa para prevenir futuros colapsos, y buscar alternativas para tirar la caca y no contaminar ríos, arroyos y las costas de la mar del sur. Para empezar, hay que organizarnos para reflexionar que vamos hacer con tanta caca, y realizar asambleas, invitar al gobernador, al alcalde, a los encargados de desarrollo urbano, de salud pública y estudiar qué es lo más viable para sacar la caca del Huacapa y que todos los cagones que somos un chingo, aportemos para que las casas tengan su fosa, o buscar métodos alternativos para que la caca sirva de biocombustible y no brote generosa, ufana, densa y dulcemente apestosa por las calles de Chilpancingo. ¿No les parece un buen deseo de inicio de año? Ya… hay que hacer algo por Chilpancingo.
DE REOJO
La ex casa del astronauta Rodolfo Neri Vela que se convirtió en la mansión del minero, a casi cuatro meses del meteoro, le han levantado una muralla. ¿Quién autorizó esa construcción? Señores de obras públicas ¿podrían ir a checar si la barda no va taponar la barranca?  ¿Quién otorgó el permiso de construcción? La barda que edificaron está precisamente en el cauce de la barranca que ocasionó la inundación en la Colonia 20 de Noviembre de Chilpancingo cuyo cauce se forma a lo largo de su recorrido desde la cumbre de Machohua. El taponamiento de esa casa causó los desaguisados en las calles aledañas y éstas se volverán a inundar en la próxima temporada de lluvias. A todo esto ¿qué opinan los vecinos afectados? 

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