lunes, 20 de enero de 2014

COLUMNA

Cosmos
Héctor Contreras Organista


El viernes próximo, 24 de enero, si viviera, Alejandro Cervantes Delgado cumpliría 88 años de edad y habría, si fuera gobernador –como ocurrió en su tiempo: 1981-1987- un pachangón de aquellos en “Casa Guerrero”, con lleno completo con gente del pueblo, porque lo que le sobró a uno de los mejores gobernadores de Guerrero fueron amigos, amigas, admiradores, mucha gente agradecida con él por las muchas obras que hizo a favor de los pueblos, pero mucho más por su carisma, por su sencillez y humildad.

Don Alejandro nació en Chilpancingo en 1926, fueron sus padres el periodista J. Lamberto Cervantes que firmaba sus artículos con el pseudónimo de “J.Lam” y su señora madre fue doña Eleonora Delgado. El padre originario de Ayutla y la señora de Chilapa, familiar del compositor don Antonio I. Delgado.
Egresó de la Escuela Nacional de Maestros y de la Escuela Nacional de Economía, tal vez por eso, en el primer mitin político que en Chilpancingo iba a encabezar en su campaña para gobernador, momentos antes le pregunté (porque iba yo a fungir como maestro de ceremonias en ese evento): ¿Cómo lo nombro, como profesor o como licenciado? Y luego de meditarlo unos instantes me respondió: “Como profesor y licenciado”. ¡Claro!, para eso había estudiado y se había preparado, para eso se había quemado las pestañas, para ser un profesionista y político destacado. Y desde entonces así se le nombró siempre.
Realizó su instrucción primaria y secundaria en Chilpancingo, su tierra natal continuando en la ciudad de México adonde muchas veces junto con otros paisanos estudiantes se trasladó a bordo de un carro de carga, el número 51 de la línea de transporte “El Zopilote” que conducía don Ángel Vélez Arcos quien no les cobraba y en el camino les invitaba la comida. Este señor vive en Chilpancingo y lo recuerda con gusto. En la Escuela Nacional de Maestros Cervantes Delgado alcanzó el título de Profesor Normalista y en la UNAM se graduó como Licenciado en Economía. Se dice que en los dos exámenes para titularse obtuvo mención honorífica.
En 1953 contrajo matrimonio con la señorita Graciela Rocha Rodríguez, originaria de Jalisco, de cuya unión nacieron Rosa Virgen, María Teresa y Alejandro. 
De 1945 a 1949 fue maestro de instrucción primaria en el área rural del estado de México y posteriormente en el Distrito Federal. Más tarde comenzó a desempeñar importantes actividades en la Dirección de Asuntos Indígenas de la Secretaría de Educación Pública, en la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, en el Banco de México y en la Secretaría de Economía Nacional, esto sucedió a principios de los años 50.
Del 53 al 59 escaló varias responsabilidades comenzando por la jefatura de la Oficina de Política Fiscal, pasando por la dirección de estudios hacendarios hasta llegar como director de Estudios Técnicos y Económicos de la Secretaría del Patrimonio Nacional. El gobernador Raymundo Abarca Alarcón lo invitó a ser director general de Hacienda y Economía del Estado entre 1963 y 1964. En el 66, en el DF, estuvo a cargo de su despacho profesional en la realización de estudios económicos y de carácter fiscal y fue de 1966 a 1970 cuando en la Secretaría de Industria y Comercio quedó a cargo de asuntos económicos y pesqueros.
En 1971 continúa su ascenso en Hacienda y en ese mismo año pasa a ser contralor general y sub gerente de planeación y organización de Ferrocarriles Nacionales, cargo que desempeñó hasta 1973. Ese año se lanza como candidato a diputado federal por el Tercer Distrito de Guerrero y es electo diputado a la 49 Legislatura, representación que ejerció a partir del 1 de septiembre de 1973.
Antes, en 1962 estuvo en Italia realizando estudios sobre la organización y funcionamiento del Ministerio de las Participaciones Estatales. Fue representante de la Secretaría de Industria y Comercio en un seminario sobre la Economía pesquera en América Latina, en Berlín, en 1966. Sobre la misma materia estuvo en Caracas, Venezuela.  
En 1967 fue a Costa Rica; en Panamá estuvo en 1968; en California en 1969 y en Canadá en 1970 con varias representaciones del gobierno de México. Participó en las conversaciones pesqueras a nombre de México con representantes de Estados Unidos, Japón y con Cuba, en La Habana. Asistió a varias reuniones de la FAO, en Roma, en 1966, 1967 y 1969. En 1970 estuvo en Lima y en 1974 estuvo en Bogotá, Colombia.
Es muy extenso y valioso el historial de don Alejandro Cervantes Delgado. Un chilpancingueño que se empeñó como pocos gobernadores lo han hecho en brindar sus mejores esfuerzos y experiencias al estado de Guerrero. Por eso se le recuerda con gratitud y cariño, se le respeta, se le quiere y siempre será muy bien recordado por su don de gentes, afabilidad y sencillez.
En lo personal tenemos muchos recuerdos de él desde que fue diputado federal, luego senador donde lo acompañamos en su campaña política anunciando los mítines con el gran amigo y locutor calentano Víctor Manuel Guzmán Negrete.
Guardamos en la memoria su sello inconfundible en la frase que usó con vehemencia en su campaña política para la gubernatura: “Unidos por Guerrero” que se perpetuó en una plazoleta y ¡taquería! que se localliza donde convergen las avenidas Álvarez y Alemán, en Chilpancingo, simbolizada por una escultura: Las Manos, que labró don Chano González, gran artífice chilpanchingón.
Ojalá que quien vaya a ser el orador oficial en el 88 aniversario de su natalicio hable con firmeza y proteste a nombre de la ciudadanía por la estupidez de haberse autorizado oficialmente convertir en taquería una plazuela tan especial, como la "Unidos por Guerrero", levantada en memoria de un gran hombre como lo fue don Alejandro Cervantes Delgado...¡¡¡OJALA!!!

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