lunes, 3 de marzo de 2014

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

 Visto desde acá, donde uno se encuentre: Occidente, Oriente, Sur o Norte, resulta trascendente e histórica la actividad que para 2014 ha alcanzado la comunicación en el mundo. 

En tierras lejanas todo comenzó con señales de humo entre las tribus, por acá con los sonidos del Teponaxtle, comunicación nítida entre los pueblos y también haciendo sonar caracoles. Después, en otras regiones del mundo las distancias se acortaron con palomas mensajeras a las que en una pata les ataban con listón el recado y llevaban noticias de un lugar a otro. 

Cuando la energía eléctrica comenzó  a “correr por correas”, como dicen que decían los cuadrilleros que visitaban Chilpancingo, se sorprendieron y así lo noticiaron en sus pueblos y también decían que “En Chilpo, hay un carro que toca bonito, bonito”, refiriéndose al perifoneo.
Más tarde aparecieron los radios portátiles o de transistores o de baterías y ya no se necesitó conectarlos al switch. Clásica es la imagen del campesino que anda arando guiando la yunta y lleva el radio portátil cargándolo en el hombro en vez del bule con agua.
“La tele” tiene su historia en Chilpancingo cuando la introdujo don Elías Naime Némer y el profesor Arturo Cervantes Delgado, años después, instaló su “Televisión Educativa de Guerrero” en lo que económicamente le apoyó el gobernador Rubén Figueroa Figueroa.
Otro gobernador, José Francisco Ruiz Massieú se llevó el canal para Acapulco, despojando a Chilpancingo. En “agradecimiento”, un grupo de ancianas del barrio de san Panchito, cada 4 de octubre le gorreaban el pozolito al “señor gobernador” y a su cauda de lamecucus. 
Ya no festejaban al santo de Asís sino “al señor gobernador”. Desde entonces comenzó la invasión política en los festejos religiosos de los barrios de “Chilpo”, y ahora ni quién los aguante.
Esa fue la mejor “herencia” de Ruiz Massieu para Chilpancingo, y conste que alguna vez dijo que él no tragaba pozole porque: “¡No soy marrano!”. Algunos periodistas locales le festejaron el gusto.
Hemos llegado a la época en que todos los periódicos tienen oportunidad de “subir” su material  informativo y publicidad en internet y ser leídos en “extranja”. Hay una página titulada: “Todos los periódicos de México” donde, de hecho, se leen todos los periódicos del mundo. Del país que alguien quiera leer tal publicación, ahí está.
Hacemos presente nuestra gratitud a los amigos, amigas y paisanos que nos leen en otras ciudades de la república y en otros países y nos envían comentarios y sugerencias, recuerdos y fotografías y, de paso, nos dicen que en LA CRÓNICA/Vespertino de Chilpancingo, tienen oportunidad de leer lo que ocurre en el mismo día en nuestra región.
“La noticia fresca que leemos en su periódico es lo que nos interesa y agradecemos que en ese medio se publiquen las cosas tal como son”, nos dice doña Berenice Barra de Uruguay y coincide con el buen amigo Domingo Buñuelos, de Chinchón, España. Muchas gracias a todos. Saludos.
 Pero, hay un lugar en el mundo del que queremos saber qué está sucediendo y nos encontramos con la novedad que sus tarados editores 
Es hasta un día después de su edición cuando publican el contenido su periódico. Suponen que si lo hacen el mismo día -¡como todos los periódicos del mundo lo hacen!- no se venderá localmente su bodrio. Pecan de muertos de hambre y se apartan del suceso y del objetivo único del periodista. 

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