lunes, 5 de mayo de 2014

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista


 Los católicos, el América y Quetzalcóatl
 Ayer, 4 de mayo de 2014, fue el primer domingo que en la plaza pública de Chilpancingo –a las seis de las tarde- se presentó un programa de comentarios, música y baile por parte de nutrido grupo de católicos, para hacer algunas reflexiones en voz alta sobre la búsqueda y el encuentro con Dios.




Se dieron cita varias familias que ocuparon las escasas bancas de la plaza central y sus jardineras al pie de la estatua a Morelos donde colocaron un tapete, una tribuna con sonido local que no abarcaba gran cosa de la plaza central, en su lado sur y hablaron algunas personas.
Un trió de buena manufactura artística cantó alabanzas y posteriormente algunas personas de los organizadores hicieron uso del micrófono y hablaron de cómo ellas y ellos encontraron el camino a Dios, a la fe, a las consideraciones de su vida actual que decidieron transformar.
Anunciaron que durante seis o siete domingos consecutivos estarán realizando esta importante actividad y que esperan que muchas personas les acompañen y escuchen los mensajes que se están ofreciendo sobre el encuentro con Dios.
Atrás de la tribuna se colocó una manta de regular tamaño donde se leía: “Gran Misión. Parroquia del Perpetuo Socorro y del Espíritu Santo. Año de la fe”, y al centro un rostro semejando –según la iglesia católica- a Jesús el Cristo, coronado de espinas.
Los organizadores del evento, personas modestas, amables y se ve que muy apegadas a su fe, explicaron que también están colectando ropa usada que venden a precios bajos en las colonias y preparan productos alimenticios para ayudar a otras personas.
Para rubricar su bellísimo programa de carácter espiritual, el trío musical tocó una melodía de buen ritmo y la gente mayor, muchachas y muchachos, señoras con niños en brazos y muchos niños y señores danzaron formando un círculo y algunas personas que se animaron, también bailaron.
Al otro extremo, frente al quiosco, una cantidad mayor de personas esperaban con paciencia la llegada de “los payasitos”. La gente, sentada en el graderío por el que se arriba al jardín. Alguien comentaba: “Esos payasitos se pasan diciendo groserías frente los niños y no hay quien las pare”.
“Chemo”, mientras tanto, con la pierna derecha amputada, pasaba sonriente conduciendo su silla de ruedas por diferentes puntos del zócalo ofreciendo sus sabrosos y baratísimos “chicles con viagra”: ¡A peso! La gente ríe de buena gana porque por allá lejos también pasa el panadero: “Llegó el dietético… Llegó el bolillo light”… Nomás faltó el de “La basura, jefa”.
En el café “La Covacha” los contertulios comentaban las derrotas del engreído equipo de futbol “América”, bueno para nada, lo mismo que el Cruz Azul –frustrazul, les dice Arturito Catalán-; los Cholos, de Tijuana y de los “pumas” que perdieron ante el Pachuca del “Ojitos” Meza.
La máxima presea del futbol mexicano quedará en Pachuca, La Laguna, Toluca o definitivamente en León, que “huele a bi-campeón”, según los que saben. 
Los tiempos que vivimos lo abarcan todo, pero lo que realmente falta es la Oración. 
México ha pisado fondo. En todos los templos y en todas las iglesias lo saben. De ahí la importancia que le están dando a las reuniones como la del domingo y a los grupos de oración y penitencia, porque México  necesita levantarse. 
¿Hace falta el regreso de Quetzalcóatl? 

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