martes, 12 de agosto de 2014

ARTICULO

La Lucha Social Hoy

“Una sociedad en la que las instituciones son débiles, carece de la capacidad necesaria para contener el exceso de las ambiciones personales”. S. Huntington. 


Efraín Flores Maldonado*
Para el desarrollo de la sociedad humana y en especial para establecer la acción eficaz de la comunidad política se necesitan 2 entidades importantes: el gobierno y la oposición leal. Un viejo refrán decía “reza porque el gobierno exista, pues sin él, los hombres se destruyen”. Pero, en la orilla frontal, también es necesaria la existencia de la oposición al poder público legítimo. No la oposición violenta, sino la que nace y se desarrolla en el marco de la ley. A esa oposición, la Ciencia Política la denomina “oposición leal” y está protegida generalmente, en la mayoría de las constituciones del mundo, y en esa medida,  la propician porque es la que alerta a la sociedad y a las propias estructuras gubernamentales, de las insuficiencias, errores y desvíos del poder público. Los representantes de las oposiciones dirigen partidos políticos, impulsan a sus líderes a la gestoría social y algunos de sus miembros son diputados, regidores, presidentes municipales, senadores y hasta gobernadores. En la cotidianidad, las oposiciones desarrollan naturalmente gestorías temáticas en el marco de su proyecto de lucha social, logrando históricamente, propiciar y transformar la acción gubernamental que busca otorgar respuestas  a los luchadores peticionarios. En todo el  mundo las oposiciones logran que se promulguen nuevas leyes, que otras se reformen y algunas se deroguen. La oposición así impulsa procesos de purificación y eficacia del sector gubernamental. Su contribución social y política es por lo tanto valiosa. Maquiavelo decía en sus discursos “que el poder de los reyes necesitaba que las clases sociales le hicieran contrapesos, construyendo equilibrios en la acción del poder, generando por esa vía, estabilidad política y gobernabilidad. Sin oposición el gobierno se traduce en dictadura; en excesos carentes de sesos. La gobernabilidad, producto del dialogo entre gobernantes y opositores, es la simple observancia de la ley y el establecimiento del respeto mutuo entre autoridad y opositores leales. Pero en la modernidad política se necesita avanzar en la construcción de eficacia política por el camino de un concepto superior en la Ciencia Política que se denomina “gobernanza”. Este concepto, como realidad se alcanza cuando el gobierno legítimo y las organizaciones de las clases sociales establecen un contacto creativo, reactivo y activo para diseñar proyectos de gobierno compartidos a los que se impulsa de manera conjunta. Así, gobernanza es poder oficial y poder social en movimiento. La gobernabilidad y la gobernanza evitan el surgimiento de oposiciones violentas y sangrientas. Los gobiernos sin visión y sin oficio político provocan siempre que las oposiciones leales lleguen a  convertirse en movimientos guerrilleros, porque la ley y el gobierno vigente cierran el paso a sus justas demandas. Por todo esto creo que las órdenes de aprensión en contra de Bruno Plácido Valerio más que una ilegalidad, constituyen un extremo error político, sin cálculo, sin visión. Se siente como que tras bambalinas hay alguien que está sorprendiendo al ejecutivo Angel Heladio Aguirre Rivero y lo excita a recoger su mano extendida para transformarla en puño amenazante y golpeador. ¿A quién perjudica la represión?; perjudica a quien tiene el poder. ¿A quién beneficia la paz?; ¡A quien tiene el poder!; advierto que muy cerca del ejecutivo estatal, personajes obscuros y ambiciosos lo están engañando con fórmulas repentinas de acción, que no tienen relación con la Ciencia Política y en cambio están muy relacionadas con la inconsciencia política. Son “poderes tras el trono insatisfechos con el poder que detentan, sin pensar y menos aún reflexionar que al fin de su gobierno Angel Heladio Aguirre Rivero necesita mostrar y demostrar un poder eficiente y no represivo; Un poder más cerca de los líderes sociales, que son los que legitiman al poder oficial, dibujando al gobierno como elemento de cultura y oficio político. Reitero que Angel Heladio Aguirre Rivero necesita mejores operadores políticos. Estos nacen, no se hacen. Cuando se inventan, revientan. Guerrero necesita recuperar la paz social y la paz política. Los líderes sociales como Bruno Plácido Valerio necesitan seguir en las calles y no seguir caminando rumbo a las cárceles. Es todo.*Doctorante en Ciencia Política.

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